Hay parejas que adoran viajar. También están otras que prefieren el sexo rudo. Y hay otras, no muy poco comunes, que pelean ferozmente, terminan, hacen todo un caos de su relación y luego deciden regresar porque son almas gemelas… semanas después tienen otro rompimiento inevitable. Y así hasta que crecen, se reproducen, envejecen y mueren.
Y si nunca has tenido el placer de conocer a parejas así, tan sólo tienes que ver una revista de farándula para saber de lo que estamos hablando (Justin Bieber con Selena Gomez, Miley Cyrus con Liam Hemsworth, Kourtney Kardashian con Scott Disick).
Cuando ves la destrucción desde una distancia segura, es fácil juzgarlos. A veces hasta será divertido ver cómo terminan de una forma casi apocalíptica, pero ser parte de una relación así puede ser una de las experiencias más frustrantes y feas del mundo… pero es increíblemente común.
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Este fenómeno de no tolerar a otra persona, pero no poder vivir sin ella… ha de ser frustrante y confuso, pero últimamente sucede casi por todos lados.
Romper y terminar no necesariamente quiere decir que la relación está destinada al fracaso, pero hay pasos que ambos pueden tomar para evitar que el ciclo siga repitiéndose.
- Identifica las señales de alarma: La primera etapa es la romántica, pero obviamente no dura mucho, durante la siguiente empiezan a aparecer las diferencias individuales… y ahí empiezan los problemas: hay mucha crítica entre ellos, se ponen a la defensiva, empiezan a lastimarse y luego se alejan. Y así sigue el ciclo hasta que se recuperan del golpe. La clave está en ROMPER ese ciclo.
- Toma responsabilidad: Las personas necesitan ver sus propias contribuciones a los problemas de la relación. Si sigues culpando a tu pareja de todo, nada cambiará y nunca entenderán el verdadero problema. Si quieres que la cosa funcione, es hora de concentrarte en hacer algo, y no en decirlo solamente. Si no puedes discutir seriamente con tu pareja sin entrar en una discusión feroz, tal vez necesiten una solución más drástica.
- No envenenes las aguas: Apoyarte en tus amigos y familiares después de un rompimiento es natural y catártico, pero también pone en riesgo a los demás de elegir un lado. Y eso está bien si tu ex es un demonio, pero si cambias de opinión sobre tu relación más adelante, la posición de tus seres queridos estará comprometida y los confundirá.
- Admite el fracaso cuando sea necesario: ¿Qué tantos rompimientos puedes soportar? Esto es completamente subjetivo, pero entre más repitas el ciclo, más riesgosa se vuelve la relación. Entre más se lastimen, más difícil será regresar a lo mismo. Esas 2 personas pueden ser maravillosas: inteligentes, lindas, amables… pero tal vez no deban estar juntos. Y en lugar de separarse, siguen y siguen intentándolo. ¿Cuándo es suficiente?
Fuente: Eme de mujer