En una época donde todo el mundo quiere aprender a meditar rápidamente, en una sentada, resulta importante contar con una base teórica establecida dentro de un conocimiento tradicional. Después de todo, aunque hoy en día el movimiento mindfulness intenta hacer de la meditación algo meramente científico y secular, alguna forma de meditación ha sido esencial a todas las tradiciones religiosas en las cuales se ha practicado por miles de años. Es por ello que obtendremos beneficios de revisar también algo de la filosofía que existe detrás de la meditación, de consultar fuentes originales reputadas sobre cómo meditar y de entender cómo se practicaba la meditación tradicionalmente.
A continuación una lista un tanto heterogénea que abarca distintas tradiciones para consolidar una práctica meditativa que vaya más allá de la búsqueda de la relajación de la mente y del bienestar inmediato. Recordemos que la meditación en realidad es una disciplina que busca la liberación del sufrimiento a través del conocimiento de la mente. Para el budismo, por ejemplo, esto se logra al establecerse en el estado natural de la mente, el cual es no-conceptual, no-dual y desde el cual se descubre que las cosas no tienen existencia inherente. Para otras tradiciones, la meditación permite también la correcta percepción o erradicación del yo ilusorio o ego pero para que el individuo se identifique con la divinidad, o la conciencia que persiste cuando se ha eliminado la identificación con un ego separado de la totalidad de la existencia.
El Arte de Vivir: Meditación Vipassana tal y como la enseña SN Goenka
Goenka fue un maestro de meditación birmano que cobró notoriedad por fundar una serie de centros de meditación budista en todo el mundo, en los cuales se enseña meditación de manera gratuita (con una donación voluntaria). En estos centros se enseña una forma particular de vipassana orientada a que los alumnos logren experimentar en carne propia la impermanencia de todas las cosas. Esto se logra primero estableciendo al alumno el samadhi (concentración) y luego con una técnica de barrido corporal muy utilizada en el budismo, en el que la mente va registrando las sensaciones de cada parte del cuerpo sin identificarse con ninguna.
Este proceso poco a poco va haciendo que surjan los sankharas, los compuestos kármicos que yacen en en el inconsciente y, según se enseña, al no reaccionar ante su surgimiento, practicando la ecuanimidad, estos se disuelven y la persona se libera del karma. En este pequeño libro compilado por uno de sus alumnos, Goenka enseña las bases de su sistema y responde a las preguntas más comunes de los alumnos que buscan establecerse en la práctica de vipassana.
Más allá del materialismo espiritual, de Chogyam Trungpa
Uno de los textos clásicos de los setenta, en la época en la que el budismo tibetano empezó a conocerse masivamente en Estados Unidos, gracias sobre todo a Chogyam Trungpa Rinpoche, el controversial maestro que fundó la Universidad de Naropa y que inició a la meditación a los poetas beat. Se ha dicho que Trungpa fue el primer budista tibetano que realmente entendió la mente occidental y este libro es un análisis de las tendencias y peligros que enfrentan los buscadores occidentales.
El diagnóstico de Trungpa es más actual que nunca, sugiriendo que la espiritualidad ha sido cooptada por el mercado y la mayoría de las personas que buscan hacer yoga, meditar o tomar una práctica espiritual lo hacen como una forma de inflar su ego y hacer lo que hoy llamamos «spiritual bypassing», utilizar la sensación placentera y superficial que recibe el ego de practicar una disciplina para no enfrentar sus verdaderos problemas.
Esto es lo que Trungpa llama «materialismo espiritual», una misma dinámica hedonista y samsárica de comprar el bienestar y obtener estatus material a través de una supuesta espiritualidad. Lectura recomendada para que pensamos en nuestras motivaciones antes de sentarnos ameditar y depuremos nuestras intenciones. En este libro Trungpa, además, introduce a las bases de la meditación, el tantra y las cuatros nobles verdades del Buda.
The Attention Revolution, de Alan Wallace
Este es el libro que Alan Wallace escribió para introducir a la meditación budista, específicamente el shamata. Alan Wallace es uno de los grandes traductores del budismo tibetano, quien además es físico por lo cual combina un entendimiento tradicional con un conocimiento científico, lo cual es la unión perfecta para un occidental que quiere meditar con el confianza de un método que es avalado por la ciencia y que también busca acceder a las fuentes originales.
El shamata es el tipo de meditación que el budismo enseña como preliminar para acceder al vipassana y otras formas de meditación más avanzadas, se basa en el entrenamiento de la mente utilizando objetos de meditación.
También se describe como meditación unipuntual. Se considera que dominar el shamata es equivalente al samadhi (concentración o calma mental), uno de los tres pilares dentro del óctuple noble sendero de la iluminación que enseñó el Buda, y es la antesala del prajna, la sabiduría (la cual es resultado de la meditación vipassana o introspectiva y analítica). En el budismo tibetano es esencial establecer el shamata para poder realizar meditaciones no duales como el estado del dzogchen o el mahamudra.
La Mente en Meditación, de Jiddu Krishnamurti
J. Krishnamurti había sido elegido por la teosofía como el mesías de una nueva era o el Maitreya, el nuevo maestro mundial. Pero Krishnamurti renunció a todo esto y se dedicó a hacer su propio camino, investigando en su interior los principios universales que sostienen las tradiciones religiosas. La obra de Krishnamurti se caracteriza por su firmeza y integridad y por una búsqueda del silencio y una eliminación de todo lo que es rito inesencial. Krishnamurti enseñó que «la verdad era una tierra sin senderos» y no podía depender de dogmas, credos o instituciones; era necesario una revolución interior que se basara en la experiencia de la liberación más allá de palabras o conceptos.
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«Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de su propia conciencia podrá ver la división entre el pensamiento y el pensador, el observador y lo observado, el que experimenta y la experiencia. Descubrirá entonces que esta división es una ilusión. Sólo entonces existe una pura observación que es un conocimiento sin la sombra del pasado. Este conocimiento trae un cambio profundo y radical en la mente. Es por ello que es tan importante la meditación. En este libro se reúnen fragmentos de diferentes libros y pláticas en las que Krishnamurti habló sobre la meditación y sobre los aspectos esenciales de la mente. A continuación un fragmento:
Esa noche, particularmente en ese valle distante de antiguas colinas que que esculpían finamente las peñas, el silencio era tan real como el muro que tocabas. Y veías las estrellas brillantes por la ventana. No era el silencio autogenerado; no era que la tierra estaba quieta y los pobladores se habían ido a dormir, sino que venía de todas partes –de las estrellas distantes, de esas colinas oscuras, y de tu propia mente y corazón. Este silencio parecía cubrir todas las cosas desde el más pequeño grano de arena en el estero –que sólo conoció el agua corriente cuando llovió– hasta el alto y expansivo baniano y una ligera brisa que ahora soplaba. Hay un silencio de la mente que nunca es tocado por ningún ruido, por ningún pensamiento o por el viento pasajero de la experiencia. Es este silencio que es inocente, y tan interminable. Cuando hay este silencio de la mente, la acción brota de él, y esta acción no causa confusión ni miseria.
La meditación de una mente que es completamente silenciosa es la bendición del hombre que siempre está buscando. En este silencio toda cualidad de silencio es. Hay ese extraño silencio que existe en un templo o en una iglesia vacía en un pueblo remoto, sin el ruido de turistas o fieles; y el silencio oneroso que yace en la superficie del agua que es parte de aquello que está afuera del silencio de la mente.
La mente meditativa contiene todas estas variedades, cambios y movimientos del silencio. Este silencio de la mente es la verdadera mente religiosa y el silencio de los dioses es el silencio de la Tierra.
La mente meditativa fluye en ese silencio, y el amor es la vía de esta mente. En este silencio hay dicha y alegría.
Meditaciones sobre los Arcanos del Tarot, Valentin Tomberg
Un libro que primero fue publicado anónimamente, el cual nos introduce a cada uno de los arcanos del Tarot desde la perspectiva del cristianismo hermético, con abundantes comentarios que ligan cada carta a un proceso iniciático que toma del yoga y del vedanta y por supuesto del cristianismo y el esoterismo occidental.
Este libro es excelente para introducirse a un tipo de meditación que se ha olvidado pero que pertenece a nuestra tradicción occidental. La lectio divina del cristianismo, compuesta por cuatro partes. «Lectio» (leer) esto es leer un texto considerado como sagrado para relajar la mente y dirigir la atención. «Meditatio» (meditar) esto es meditar en el sentido occidental del término, es decir, reflexionar o ponderar sobre algo, en este caso sobre lo que leemos. «Oratio» (rezar) a partir de la lectura realizar una oración que conecte con lo que hemos leído, esto nos permite utilizar el poder de la palabra que es, según el cristianismo, igual a la luz.
«Contemplatio» (contemplar), este es el silencio de la contemplación, el silencio espiritual en el que la experiencia se comparte y lo más cercano a lo que conocemos actualmente como la meditación. Para el cristianismo místico este es el momento en el que el amor se comparte, y se llena el espacio del silencio en el que dios se hace conocido como una profunda oscuridad.
En el budismo hay una historia hermosa que podemos comparar. Algunos relatos del budismo zen sugieren que su origen se encuentra en un sermón que los discípulos del Buda esperaban que diera en el Monte del Buitre; pero en este caso el Buda simplemente los miró en silencio e hizo girar una flor azul. Los discípulos no entendieron y se mostraron perplejos, salvo Mahakshyapa, quien empezó a reír con genuina alegría por haber comprendido. Buda entonces transmitió la sutil enseñanza que yace más allá de las escrituras y las palabras a este monje que se convertiría en patriarca del zen.
Tomberg fue uno de los esoteristas más eruditos del siglo XX y además escribe con una sensualidad deliciosa que inspira al practicante a buscar el silencio místico, que es la base de la espiritualidad. Aquí un fragmento:
¿Algunas vez has bebido silencio? Si tu respuesta es afirmativa, entonces ya sabes lo que es la concentración sin esfuerzo.
Con el tiempo, el silencio o la concentración sin esfuerzo se vuelve un elemento fundamental siempre presente en la vida del alma. Es como el servicio perpetuo en la iglesia del Sagrado Corazón en Montemartre que se realiza en París mientras uno trabaja, uno interactúa, uno se divierte, uno sueña, uno muere… De la misma forma que “un servicio perpetuo” de silencio se establece en el alma, esto continua siempre aunque uno esté trabajando o cuando uno está conversando. Esta “zona de silencio”, una vez establecida, es un manantial del cual uno puede tomar tanto para el trabajo como para el descanso. Entonces tendrás no sólo concentración sin esfuerzo, también actividad sin esfuerzo.
Conversaciones con Sri Ramana Maharshi
Este es el libro que reúne las cándidas e iluminantes conversaciones que Sri Raman Maharshi tuvo con sus alumnos en su ashram en la década de los 30 en India y a través de las cuales enseñó su método de autoindagación. Maharshi es considerado uno de los grandes maestros espirituales del siglo XX, admirado por personajes de la talla de Gandhi o de Jung y es casi unánimemente aceptado que alcanzó la iluminación. Algo que logró no a través del estudio de los libros sino de cultivar su estado natural y, sobre todo, de reconocer lo que llamaba el Yo.
Este yo no es el yo individual o ego, sino es el Yo superior que tradicionalmente se ha identificado con el Brahman, la conciencia absoluta que sólo ilusoriamente existe de manera fragmentaria. Maharshi desarrolló un método para meditar sobre el propio yo, preguntándose quien es el yo que está detrás de los pensamientos y llegando a la reidentificación del atman con el Brahman. En este libro se expone su método entre innumerables perlas de sabiduría intemporal.
Buddhist Meditation, de Edward Conze
Este es un libro importante en la historia del budismo occidental, ya que Conze fue tal vez el primer académico que se convirtió al budismo y praticó meditación, siguiendo al maestro Buddhaghosa. Esto es algo harto común hoy en día y hasta obligatorio en el caso de algunos traductores que traducen termas (textos ocultos como tesoros) y tantras. Aquí Conze hace una recopilación de textos clásicos budistas que hablan sobre la meditación. «La meditación es un término europeo que abarca tres diferentes cosas, que los budistas siempre distinguen: mindfulness [sati y samatha], concentración [samadhi] y sabiduría [prajna]», dice Conze. El occidental promedio e incluso muchos de los «budistas» occidentales sólo lidian con las dos primeras partes de esta disciplina; estas dos partes constituyen las etapas iniciales o preliminarles; la tercera parte es la más importante –si bien las tres partes son esenciales y consideradas como espirituales en el budismo– y de hecho es la finalidad de todo el trabajo: la sabiduría (algo que rara vez se menciona en la meditación pop occidental).
Sobre la sabiduría, la finalidad de toda meditación, Conze dice que «es la virtud más alta» y señala que uno de los grandes maestros budistas de todos los tiempos, Buddhagosa, la define así: «aquello que penetra en los dharmas tal como son y destruye la oscuridad de la ilusión, la cual cubre la naturaleza esencial de los dharmas». En otras palabras, aquello que va más allá de las apariencias y es capaz de ver el mundo tal como es. La meditación de la sabiduría es aquello «que nos permite entrar en contacto con la verdadera realidad, la dimensión del dharma», dice Conze, y por lo tanto va más allá del estado de relajación o de concentración o incluso del trance asociados con ciertas etapas de la meditación y es un entrar en conocimiento de y hacerse cómo la realidad, es decir el plano absoluto, inmutable que en escuelas posteriores se llamaría el Dharmakya, o el cuerpo de la realidad (algo que en budismo se dice es la vacuidad misma).
Conze es más enfático cuando dice, glosando el Anguttara Nikaya, simplemente que la meta de la meditación es el nirvana: «Y puesto que gracias a ella el deseo se extingue en todas sus formas, se desvanece y se detiene, por ello se le llama ‘la extinción del deseo, de la pasión, la cesación’. Y se le llama nirvana, porque ha dejado atrás el deseo, se ha escapado de él, se ha disasociado de él». Siendo el deseo el hilo que imbrica la existencia en el ciclo de samsara. muerte y renacimiento.
El Sendero De La Purificación – Visuddhimagga Buddhaghosa
Este es el libro esencial para la tradición budista en lo que refiere a la meditación. El gran erudito indio del siglo V, Buddhaghosa, explica aquí los fundamentos del Abidharma, la estructura lógica y filosófica que sustenta la práctica budista y profundiza sobre la meditación vipassana o meditación de introspección, a través de la cual se logra la sabiduría de lo que enseñó el Buda (cosas como la inexistencia de un yo estable, y más tarde, en lo que concierne al Mahayana, la vacuidad o ausencia de existencia inherente de todas las cosas). El libro también es considerado la recopilación más importante de las esesñanzas del budismo theravada que se encuentran en la canasta de textos pali.
La versión en español cuenta con más de 500 páginas; la versión inglesa más de 900. Como siempre se recomienda a los lectores buscar los textos en los idiomas originales o en su defecto en los idiomas de las traductores. En español la mayoría de los textos budistas que tenemos son traducciones de traducciones, algo que es especialmente lamentable ya que en inglés se está viviendo una época dorada en la traducción de textos budistas, en la que, además, algunos de los traductores son también dedicados practicantes.
Fuente: Pijama Surf