Cada persona puede y debe encontrar su propio significado y habrá tantas aceptaciones posibles como creencias. Cada persona tendrá su definición. Pero te compartimos ideas básicas:
*La espiritualidad es un concepto interior.
No es tangible ni visible. No es palpable y se opone a la materia.
Engloba a sentimientos, emociones, pensamientos.
Es conectarte contigo mismo, pero sentir al mismo tiempo, que existe “algo” que va más allá de tu persona.
*La espiritualidad es una forma de vivir.
Sin reglas ni leyes.
Incluye: dar amor, respeto vida, aceptación, vida en armonía.
Es ser consciente de que somos completos y tenemos todo lo que necesitamos dentro de nosotros
Es vivir desde el ser más que desde el tener.
Es vivir con un propósito: porque estoy aquí, que quiero hacer con mi vida.
Es trascender los deseos personales y ofrecer servicio.
*La espiritualidad es una cuestión de energía, de vibración, de frecuencia.
Es reconocer que existe una energía, una fuerza invisible que da sentido a todo.
Es sentir que somos algo más que un cuerpo, sentirnos poderosos con lo que somos y tenemos.
Es conectarnos con un algo que va más allá de la mente, del cuerpo, de los pensamientos.
Es sentir que nuestro mundo interno está conectado con el mundo interno de las demás personas, a través de intuiciones, causalidades, encuentros, etc.
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¿Por qué cuesta hablar de espiritualidad?
La espiritualidad goza de mala prensa en general.
Se asocia con misticismo, esoterismo, charlatanería, farsantes, retiro, y mundos ajenos, desconocidos, sombríos, con falta de credibilidad, etc. (La lista puede ser muy larga).
Pero si te das cuenta, tomando el ejemplo de los farsantes o de la credibilidad, hay mucho que decir: desde bancos estafadores y nutricionistas obesos que venden consejos incapaces de aplicarlos a su propia persona, o políticos corruptos que prometen mil y una maravillas. Todo es muy relativo. En la espiritualidad y fuera de ella también.
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La espiritualidad goza de mala prensa en especial entre médicos y psicólogos.
No otorgan ninguna credibilidad al papel que juega el mundo interior (pensamientos, emociones, etc) de cada persona, ni por supuesto al mundo “energético”, tanto en la generación de enfermedades como en su posterior recuperación.
Algunos van entrando en razón, van despertando y reconocen que el paciente puede y debe jugar un papel clave y activo en su recuperación.
Pero en temas de salud, las terapias alternativas son a menudo tachadas de farsa por la medicina y sobre todo por las farmacéuticas que temer ver su imperio destronado.
La espiritualidad goza de mala prensa por parte de la ciencia.
La espiritualidad al no poder ser medida se tacha de inexistente.
No es creíble, porque es algo no material, no tangible, no medible y en ciencia, sólo lo que se mide y se prueba existe.
Somos seres limitados: nuestros sentidos no nos permiten ver, oír, oler y sentir todo lo que en estos mismos momentos nos está rodeando.
Algunos animales tienen los sentidos más desarrollados y ven otra realidad, más amplia, diferente a la nuestra.
La ciencia lo ha demostrado.
El aval de la ciencia es necesario, imperativo. ¿Pero sabías que una parte de la ciencia empieza también a despertar? La ciencia, de la mano de “lo cuántico” avanza en esa dirección
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Soy espiritual pero no me considero asceta: disfruto de lo material y consumo de forma moderada. Vivo en un mundo físico y lo experimento. No necesito lo material para ser feliz, pero sé ser feliz con lo material. Soy consciente de que todo lo de fuera no es sino un reflejo de lo que llevo yo dentro.
*Soy espiritual pero no vivo sola, en un retiro, ajena al mundo: soy madre, tengo hijos, me relaciono con madres, con profesoras, con personas. Vivo en una sociedad que me puede más o menos gustar, pero la acepto, y elijo lo que a mí me conviene, lo que resuena conmigo.
*Soy espiritual pero tal vez no lo aparente. A veces se etiqueta lo “espiritual” con un estilo de ropa determinado, incluso con el desaliño o con la vida en comuna. Con tantos y tantos estereotipos.
*Soy espiritual pero no practico ninguna religión ni me dejo llevar por ninguna norma ni ley que no esté de acuerdo con mis valores. He sido bautizada pero ahora mismo no creo en la iglesia, ni en un Dios externo, que culpe y castigue. Creo que en nombre de las religiones se han cometido y se comenten tantos abusos. Y la espiritualidad no va por ahí.
*Soy espiritual, vivo desde mi mundo interior que recreo, me dejo llevar por mi intuición, me conecto más allá de temas físicos y palpables. Pero al mismo tiempo tengo los pies en el suelo, anclados en la tierra, porque es donde estoy, donde he elegido estar.
Creo que la espiritualidad es algo diferente, algo más normal y sencillo, más al alcance de todos.
Sin grandes misterios, omitiendo ese halo serio y oscuro que a veces la ensombrece
Creo que la espiritualidad va más allá de algunos estereotipos que nos han inyectado por la retina. No es sólo para místicos, ni implica renuncia a lo material, ni aislamiento, ni es necesario ser de un tipo determinado, ni un bicho raro.
Fuente: mamá espiritual creativa