Nos gusta hacer tartas tanto como comérnoslas, o casi. Pero siempre juega en contra el tiempo del que disponemos para atarnos el delantal, dejar que la harina cubra nuestra cara y pelo y poder presumir a las dos horas con una tarta digna de los mejores paladares, al menos de los que están en casa. Un problema de cuenta atrás que queda resuelto con esta fácil y rápida tarta de limón, una de las frutas de temporada otoñal.
Tarta de limón. Así dicho no parece tener mucho misterio, pero dar con el sabor justo del limón, ni muy dulce (es un cítrico) y no muy amargo (inserto en el ADN del limón), no es tarea fácil. Pero sólo hasta que hemos llegado nosotros y hemos conseguido la tarta de limón más rica, rápida y sencilla.
Ingredientes:
- 175g de galletas.
- 250g de mantequilla (sin sal).
- 250g de azúcar.
- 300g de queso cremoso.
- Ralladura de dos limones.
- Zumo de un limón.
- 200ml de nata líquida.
- 250ml de agua.
- Un sobre de gelatina de limón.
Preparación:
Empezamos con la base de la tarta, esto es, picando las galletas, machacándolas, según el sistema que prefiramos. Cuando las tengamos molidas, mezclamos estas migas de galleta con la mantequilla templada, casi derretida, y hacemos una pasta que iremos extendiendo en la base del molde (previamente untado con mantequilla para desmoldar más fácilmente). Y metemos esta base en la nevera durante unos minutos para que se solidifique bien.
Ponemos a hervir un cazo con el agua indicada en los ingredientes y añadimos la gelatina de limón, retirando éste del fuego cuando lo tengamos listo todo.
Seguimos dando forma al cuerpo de la tarta: batimos el zumo de limón, la ralladura, el queso cremoso, la nata y la gelatina hasta formar una mezcla homogénea. La clave está en batir mucho y continuado.
Cogemos la base de la nevera, ya dura, y vertimos sobre ella esta mezcla que será el cuerpo de la tarta de limón.
Ya sólo tenemos que jugar con los tiempos: dejándola enfriar en el frigorífico de dos a tres horas para asentar bien todos sus ingredientes.
(FUENTE: tapas magazine)