Comer de más o comer de menos esta Navidad 2020 puede ser mortal. Un trastorno alimenticio sin atender es una oportunidad para el coronavirus o la influenza. Cuidar tu menú con el mismo interés que le estás prestando a la ropa que estrenarás estas fiestas es importante y vital para que los nacimientos de tus familiares y amigos no se pinten de tristeza.
¿Cuáles son los tres principales trastornos alimenticios?
Los trastornos alimenticios se inician o presentan principalmente en adolescentes y púberes. Las edades de aparición o de inicio del trastorno van desde los 12 hasta los 25 años y la frecuencia aumenta entre los 12 y los 17 años.
Una misma persona puede presentar diversos comportamientos relacionados con los trastornos alimenticios, en algunos casos estas conductas se alternan.
Anorexia
Se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos indicada para el individuo en relación con su edad, estatura y necesidades vitales.
Esta disminución no responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación excesiva por no subir de peso o por reducirlo.
Bulimia
El consumo de alimento se hace en forma de atracón, durante el cual se ingiere una gran cantidad de alimento con la sensación de pérdida de control.
Son episodios de voracidad que van seguidos de un fuerte sentimiento de culpa, por lo que se recurre a medidas compensatorias inadecuadas como la autoinducción del vómito, el consumo abusivo de laxantes, diuréticos o enemas, el ejercicio excesivo y el ayuno prolongado.
Comer compulsivamente
La compulsión para comer se presenta el síntoma del atracón sin la conducta compensatoria. Por ello, quien lo padece puede presentar sobrepeso.
¿Cómo saber si alguien sufre de un trastorno alimenticio?
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales para los Trastornos de la Alimentación (DSM IV, por sus siglas en inglés), usado también por la Secretaría de Salud Federal, se puede reconocer un trastorno alimenticio a través de estos criterios:
Anorexia
- Miedo intenso a engordar, que no disminuye con la pérdida de peso.
- Alteración de la silueta corporal, exagerando su importancia en la autoevaluación y negando los peligros que provoca la disminución de peso.
- Pérdida de por lo menos 25% del peso original. En menores de 18 años de edad debe añadirse al peso inicial el que correspondería aumentar de acuerdo con el proceso de crecimiento y considerando que, una reducción de peso cercana a 15% es valorada como riesgo médico.
- Negativa a mantener el peso corporal por encima del mínimo, según edad y estatura.
Bulimia
- Episodios recurrentes de voracidad:
- Comer en corto período de tiempo gran cantidad de alimentos.
- Falta de control sobre la alimentación durante el episodio.
- Promedio de dos episodios de voracidad semanales durante tres meses.
- Autoevaluación “indebidamente” influida por la forma y el peso corporales.
- Conducta compensatoria:
- Purgativa: vómitos autoinducidos, laxantes, diuréticos.
- No purgativa: ayuno, ejercicios físicos extenuantes.
Comer compulsivamente
- Distinciones de grado:
- Mujeres que cumplen los criterios diagnósticos de la anorexia, pero con menstruaciones regulares.
- Se cumplen todos los criterios diagnósticos de la anorexia, pero el peso de la persona se encuentra dentro de los límites de la normalidad.
- Se cumplen los criterios diagnósticos de la bulimia, pero con menor frecuencia.
- Empleo irregular de conductas compensatorias inapropiadas después de ingerir pequeñas cantidades de comida por parte de un individuo de peso normal (por ejemplo, inducción del vómito después de ingerir dos galletas).
- Masticar y expulsar, sin tragar, cantidades importantes de comida.
- Trastorno compulsivo: se presentan atracones recurrentes sin tener conductas compensatorias.
FUENTE: Sipse