REDACCIÓN MACRONEWS POR DARSET RIVERO.– Cintia Estrada Miyar, es arquitecta y desde hace 2 años su vida dio un cambio inesperado cuando le diagnosticaron cáncer de ovario, desde entonces su perspectiva cambió.
Por ello, decidió compartir su historia con quienes pasan por esto y acompañarlas en el proceso.
El cáncer epitelial de ovario (CEO) representa un importante problema de salud pública a nivel mundial y en México. Su creciente incidencia, su diagnóstico generalmente tardío y elevada tasa de mortalidad generó en los últimos años un gran interés en la detección oportuna.
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El cáncer de ovario es una neoplasia en la que aproximadamente el 80% de los casos responde al tratamiento primario, sin embargo, presenta una elevada frecuencia de recaída (60 a 70%), debido a que el 75% de los casos son diagnosticados en estadios III y IV; favorecido por sintomatología poco específica, falta de programas de tamizaje y con frecuencia, desconocimiento de la sintomatología inicial por el personal de salud y la población en general; factores que dificultan el diagnóstico oportuno.
Cintia informa que la mayoría de los casos se pueden asociar al cáncer de mama y colon. Su pronóstico es malo, básicamente por 4 razones:
En las etapas iniciales del tumor no hay síntomas o estos son mínimos e inespecíficos, haciendo muy difícil el diagnóstico clínico.
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El 75% de los tumores de ovarios son diagnosticados en etapa avanzada con extensión regional y el 30% con metástasis a distancia, El tumor se disemina tempranamente hacia el peritoneo, y el tratamiento es quirúrgico, asociado a quimioterapia; sin embargo, a pesar de una buena respuesta inicial, la progresión de la enfermedad ocurre en la mayoría de las pacientes, por lo que las recaídas son muy fuertes.