ESPAÑA.- “La pandemia causada por coronavirus ha sido definida como una guerra biológica contra un virus que mantiene aislados, actualmente, a un alto porcentaje de la población mundial como medida de salud pública. El brote pandémico de la Covid-19 traerá una ola de depresión, ansiedad y estrés postraumático, la cual azotará nuestra sociedad tras esta crisis.”, así lo indica una psicóloga madrileña en el artículo titulado: “Cinco retos psicológicos de la crisis del Covid-19”.
Se trata de la especialista en salud mental, Cristina Rodríguez Cahill, quien aseveró que la enfermedad Covid-19 ha puesto del revés nuestra vida social, laboral y cotidiana.Cuando terminemos el confinamiento, la vuelta no será a la normalidad. Para frenar la expansión de este virus hemos tenido que cambiar radicalmente nuestra forma de trabajar, desocializar, de disfrutar, en definitiva, de vivir. La situación que vivimos tiene, además, una particularidad en relación a otras emergencias sanitarias: la soledad.
Mediante la publicación hecha en la revista especializada Journal of negative & no positive results, la psicóloga asegura que deseamos la vuelta a la cotidianidad, pero después de la crisis del coronavirus habrán cambiado muchas cosas, y algunas para siempre. Las implicaciones personales y sociales serán profundas y los fenómenos psicológicos asociados a esta pandemia constituirán un enorme reto comunitario.
Entre los retos que como especialista en la salud mental prevé que se tengan afrontar en los siguientes meses, destaca los siguientes:
Cuidar del personal sanitario
Los profesionales de la salud son una población de alto riesgo para el desarrollo del trastorno por estrés postraumático o cuadros ansioso-depresivos. Las extenuantes jornadas detrabajo, la presión asistencial debido al desbordamiento de los hospitales, la falta de recursos materiales para llevar a cabo su trabajo, el miedo al contagio por la escasez de sistemas de protección, la necesidad de tomar decisiones que tienen un impacto decisivo sobre la vida de las personas y la resonancia emocional del sufrimiento ajeno, están poniendo al límite la salud mental de nuestros sanitarios y, en especial, de aquellos profesionales que trabajan en los centros más remotos.
Refuerzo de la atención psicológica para la población
Rodríguez Cahill asevera que las personas que sufren patología mental previa al Covid-19 tienen mayor riesgo de presentar recaídas o de empeorar sus síntomas en esta situación. La alta vulnerabilidad al estrés de estas personas hará que su sufrimiento pueda ser mayor al del resto de la población. Incluso, algunos autores señalan que padecer una enfermedad mental aumenta el riesgo de contagio. Algunas explicaciones a esto pueden ser una menor conciencia del riesgo, dificultades en el autocuidado, mayor impulsividad o deterioro cognitivo.
Impacto psicológico del confinamiento
El confinamiento genera una pérdida de la rutina, una reducción del contacto social y físico, frustración, aburrimiento y una sensación de soledad que puede resultar difícil de gestionar para muchas personas.
Hay varios factores que aumentan el estrés durante este periodo de confinamiento: el miedo al desabastecimiento, la sobreinformación, el temor a infectarse y la incertidumbre.Necesitamos limitar la información y buscar que ésta sea veraz. El autocuidado, mantener una rutina y seguir las pautas recomendadas nos puede hacer recuperar una cierta sensación de control. Por último, retraducir la situación como una oportunidad de aprendizaje, nos permitirá disminuir la sensación de vulnerabilidad y desarrollar recursos internos de afrontamiento.
Asumir las pérdidas durante la Covid-19
Un duelo es una tarea psicológica que se realiza siempre que existe una pérdida. La despedida y los rituales en este proceso son muy importantes porque nos ayudan a aceptar y asumir la realidad de la pérdida. Esta situación está llevando a algunos hospitales a ofrecer la opción de comunicarse con los enfermos a través de cartas o videos para facilitar el proceso del duelo o son los propios profesionales los que acompañan en los últimos momentos de vida a los pacientes. Incluso se están llegando a ofrecer funerales virtuales.
Desarrollo de la resiliencia colectiva
Esta crisis sanitaria puede ser una oportunidad colectiva para buscar nuevos modos de relación y de vida social más en equilibrio con nuestros congéneres y nuestro entorno. La restauración social tras el Covid-19 solo puede surgir de un proceso de crecimiento comunitario. Para sanarnos necesitamos una mutación social, un cuestionamiento de nuestras bases de convivencia, donde la cooperación y la solidaridad pasen a convertirse en algo estructural y no anecdótico.
FUENTE: Sipse