Existe un erotismo muuuy caliente, capaz de hacerte sonreír cada vez que lo recordás. ¿Y sabés qué es Lo mejor de todo? que es 100% romántico.
Cuando leés “sexo romántico” seguramente pensás: “Habrá que iluminar con velitas, armar una playlist con canciones de Ricardo Arjona y hacerlo muy dulcemente”. Pero nada que ver: no es cursi. Si suponés que se trata de algo insoportablemente empalagoso, es porque no conocés de qué se trata (y eso quizá te prive de algunas noches ultraapasionadas). “No es cuestión de copiar los clichés de las telenovelas, sino de experimentar una conexión emocional con tu compañero”, asegura la psicoanalista y sexóloga Nieves Estévez. Esa intimidad hace que la experiencia sea superintensa para los dos y, por lo tanto, terriblemente hot.
Cómo se pierde esa conexión
Son varias las razones que impiden que tengas esa clase de sexo apasionado. ¿La primera? El acceso irrestricto de los varones al material condicionado. “Para muchos, el porno es el modelo de lo que se supone que tiene que ser el sexo”, explica la coach Christine Hassler, autora del libro 20-Something, 20-Everything (Veinti-algo, Veintitodo). En los videos Triple X, los protagonistas no están involucrados en la satisfacción del otro de la misma forma. “La mayoría muestra a las mujeres más preocupadas por satisfacer a los hombres que por gozar ellas. Las chicas que miran ese material creen que deben imitar a las estrellas porno: copian esas movidas destinadas a generar el placer masculino, en vez de dedicar tiempo a descubrir qué es lo que más les gusta”, dice la socióloga Lisa Wade. Así, el sexo se convierte en una puesta en escena, y eso impide que te conectes con la situación.
“Odio admitirlo, pero muchas veces trato de volver locos a los tipos haciéndome la loba en la cama. Y después me siento incómoda y abochornada, porque en realidad no soy así”, confiesa Estefanía*, una chef de 24 años.
Una advertencia: “Si el rol de geisha nace de vos y es una forma de estimularte, genial. Pero si lo hacés solo para él, es una trampa: cada vez vas a sentir menos placer”, asegura Ana Ottone, coordinadora de talleres de integración de la energía sexual.
El porno no es lo único que arruina la conexión especial con tu novio: seguramente vos y él tienen que lidiar con el estrés cotidiano. “Las demandas laborales se llevan gran parte de la energía”, asegura Nieves. ¿Resultado? Sexo rutinario y mecánico.
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Por qué necesitás recuperar la conexión
Algunas mujeres no les piden erotismo romántico a sus compañeros porque temen que ellos crean que, en realidad, les están reclamando mayor compromiso. “Así, quedan atrapadas en un círculo vicioso de insatisfacción sexual y emocional: ese es el resultado del sexo sin conexión”, afirma Ottone.
Los expertos aseguran que es un mito que los hombres prefieren las movidas estilo hardcore al sexo romántico. “A la mayoría de ellos les resulta intimidante y estresante tener que cumplir con esas proezas que vieron en un video pornográfico”, dice Estévez.
Los chicos a los que consultamos están de acuerdo con esa teoría. “El sexo salvaje es genial, pero la sensación de estar conectado con una chica es mucho más potente y más completa. Además, cuando una mujer me importa en serio quiero demostrarle que me gusta y espero que ella sienta lo mismo por mí”, dice Javier, un ejecutivo de cuentas de 28 años.
Entonces, la creencia de que ellos solo buscan encuentros rápidos y sin compromiso queda oficialmente cuestionada.
Otra razón por la que deberías agregar un poco de sexo emocional a tu menú erótico: es una necesidad biológica. Todos precisamos que haya pasión en nuestras vidas, y si vos fingís lo contrario, en realidad te estás reprimiendo. “La devaluación del sexo romántico permite que te justifiques por estar en una relación con alguien que no se maneja de una forma amorosa hacia vos, y eso nunca está bien”, dice Wade. O sea: él no te trata como te merecés, y vos te estás conformando.
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La mejor forma de hacerlo
El sexo romántico no implica acomodar pétalos de rosas sobre tu cama (a menos que esa sea tu fantasía, claro). Los expertos advierten que no hay que imponer el romanticismo. “Si tratás de provocar la pasión con elementos de utilería, todo resultará artificial y forzado”, explica Hassler.
Los momentos de máxima sensualidad se dan de forma orgánica, como resultado de experimentar esa conexión mutua. Entonces, tratá de reforzar el vínculo fuera del dormitorio. Las cosas más simples pueden disparar esta magia. Desayunen juntos, llámense en el horario del almuerzo para ver cómo están, y a la tarde mandale un SMS contándole que no ves la hora de estar otra vez con él. “Al alimentar la conexión durante el día, van a sentirse más unidos cuando estén juntos en la cama”, dice la coach.
Charlar de sexo es una manera astuta de crear intimidad. Pero debe ser una charla divertida y liviana. Recuerden momentos que compartieron o contale cómo te hizo sentir. Hablar de lo bien que la pasan juntos les generará deseos de volver a sentir esa conexión especial.
Cuando estén en la cama, concéntrense en lo que sienten. Nada de: “Hagámoslo de una vez, así puedo chequear el WhatsApp”.
Desnúdense uno al otro: vos le sacás una prenda, él te quita otra. “Hablale y decile lo que sentís o lo que querés. También, lo que no te gusta o que no te excita tanto”, recomienda Ottone. Mientras lo hacen, no dejen de mirarse a los ojos: es una condición imprescindible. ¿Ya estás inspirada? Perfecto. Entonces, llegó el momento de experimentar el sexo más apasionado.
FUENTE: COSMOPOLITAN ARGENTINA