Hace tiempo que es muy común ver diferentes tipos de leche en el supermercado: entera, descremada, light, deslactosada… Y la confusión solo aumentó cuando surgió una inmensa variedad de leches de semillas como la almendra, soja, nuez, macadamia, hemp, girasol y hasta frutas como el coco.
¿Aturdida? Aquí te hablamos a detalle de tus opciones.
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- Leche de vaca
Aunque hasta ahora hemos estado acostumbrados a consumirla, ésta tiene un importante contenido de grasas que no son aliadas de las dietas. La reacción de la industria lechera a este obstáculo fue el introducir al mercado la versión light.
Después, la ciencia confirmó que los seres humanos tendemos a desarrollar intolerancia a la lactosa alrededor de los dos años de edad (que en términos evolutivos sucede para que la madre deje de amamantar al pequeño y pueda volver a reproducirse) y, en consecuencia, surge la leche deslactosada.
El gran problema es que la leche de vaca no está hecha para alimentar humanos, sino para becerritos, y contiene muchas proteínas que pueden producir alergias (especialmente la caseína) e inflamación, además de que su consumo está relacionado con enfermedades del sistema inmune, diabetes tipo 1 y cáncer.
Lo más recomendable es que limites su ingesta, tómala de vez en cuando para darte un gusto y mejor recurre a las leches de semillas que tienen como origen fuentes vegetales de proteínas y minerales, con pocos riesgos de intolerancia.
- Leche de almendra
Contiene buenos niveles de fibra, calcio y potasio. También es excelente opción si padeces de gastritis. Un mega plus, es que ayuda a regular el colesterol alto.
- Leche de nuez de la India
Es la más parecida a la leche de vaca por su consistencia cremosa. Rica en vitaminas del grupo B, contiene cobre, magnesio, manganeso y fósforo: todos minerales que contribuyen a la salud y el bienestar. Excelente ayuda para quienes padecen de insomnio y contribuye a aliviar problemas cardiovasculares.
- Leche de nuez de macadamia
Contribuye a equilibrar el colesterol en la sangre, por un lado disminuye el colesterol total y por otro reduce el colesterol de baja densidad (LDL), reduciendo riesgos coronarios. Es rica en ácidos grasos omega 3.
- Leche de hemp
El hemp es la proteína vegetal por excelencia, contiene omega 3, 6 y 9, además de los aminoácidos esenciales, es un depurador del hígado y ayuda a quemar grasa.
- Leche de semillas de girasol
Rica en minerales como el fósforo, potasio, magnesio y calcio. Reduce riesgos de infarto, ayuda a mejorar el desempeño de deportistas y atletas de alto rendimiento, y contribuye a fortalecer el sistema inmune.
- Leche de alpiste
El alpiste contiene enzimas que sirven para limpiar el riñón, el hígado y el páncreas. Incluso contribuye a regenerar las funciones de estos órganos. Particularmente útil para pre-diabéticos y diabéticos, pues reduce niveles de azúcar en sangre y nivela los triglicéridos y el colesterol malo.
- Leche de soja
Si bien es mejor que la leche de vaca por ser de origen vegetal, existen cuestionamientos de la soja por considerarse una planta genéticamente modificada. Más allá de esto, la leche de soja contiene lecitina que es una sustancia que evita o reduce los riesgos de problemas cardíacos. Contiene omega 3 y varios aminoácidos esenciales, además de ser excelente ayuda para la cicatrización de heridas.
- Leche de coco
Otra opción popular es la leche a base de frutas como el coco, que ayuda a controlar la anemia y los calambres. Es rica en fibra, por lo que sirve para bajar de peso, y también a reducir la presión arterial. Contribuye a alejar los resfriados y es rica en calcio, por lo que también fortalece los huesos.
Además, ¿sabías que la leche de coco se ha llegado a utilizar para sustituir sangre? Esto es porque su composición química es muy parecida a la del plasma sanguíneo.
En fin. La mejor opción es la que tu prefieras por su contenido proteínico, por su consistencia y por su sabor. Happy shopping!