Algo relativamente común en consulta es escuchar historias de mujeres que no saben qué hacer cuando su pareja ‘termina’ muy rápido y ellas apenas estaban comenzando a calentar motores.
Empecemos por el principio: no pierdas la calma y no digas algo de lo que después, te puedas arrepentir.
Sí, se que puede ser muy frustrante, especialmente si eres de las que tiende a responsabilizarse de todo. Es común que cuando esto sucede, muchas mujeres crean que no son lo suficientemente atractivas o que no le gustaron tanto al hombre en cuestión… ¡nada más alejado de la realidad!
Lo común, de hecho, es que le gustaste tanto que no pudo controlar su reflejo eyaculatorio y eyaculó antes de si quiera poder decirte algo. Hay de casos a casos, pero créeme, cualquiera que sea el de tu chico… él la está pasando peor que tú.
Hasta el día de hoy no me ha tocado escuchar a un hombre que no se preocupe por su desempeño sexual y parte importante de éste es el tiempo que logre durar con una erección. De verdad, es muchísima la presión que se ponen y hay que decirlo, que muchas de nosotras les ponemos encima; lo que necesitan para funcionar mejor, es sentirse bienvenidos y relajados. Así que, si en algún momento te sucede:
1. No te lo tomes personal, no es una ofensa. Él seguro está más angustiado que tú y ya se está recriminando –dentro de su cabeza-, no necesita que además, pongas una cara laaarga.
2. Intenta hacerlo sentir amado. Es decir, se empática con él, dile que para ti está bien… las erecciones no son vitales ni lo único en una relación sexual.
3. Proponle algo distinto. Siempre hay opciones para seguirse divirtiendo y pasarla bien. Por ejemplo, pueden jugar con vibrador, te puede estimular con los dedos, hacerte sexo oral o simplemente seguirse fajando hasta aburrirse… la imaginación es la única limitante.
Parte importante de resignificar nuestra sexualidad tiene que ver con reducir la importancia de la penetración y por lo tanto, a las erecciones y al tiempo que dure dura. No estoy diciendo que no sea importante y se sienta bien, simplemente se trata de quitarles el rol protagónico; aprendamos a disfrutar con todo el cuerpo, a dejar que las sensaciones lleguen, a darle peso a las caricias, a los besos, al juego en pareja.
Mi recomendación es que, a partir de hoy, te des permiso de hacer cosas distintas, de invitar a la imaginación a tus encuentros sexuales… de darle cabida a la intimidad, a la cercanía y a la curiosidad. Explora como si fuera la primera vez que estás con alguien, como si no tuvieras claro qué te gusta, ni qué le gusta… como si quisieras, con cada beso, descubrir un recoveco nuevo de su cuerpo.
Ponlo en práctica, no me creas, sólo hazlo y observa qué sucede. Después de la experiencia, búscame y cuéntame cómo te fue… seré la más feliz de escuchar tu historia.
FUENTE: NUEVA MUJER