Este 2023 se cumplen 40 años desde que se notificó el primer caso de sida en el país.
Han transcurrido cuatro décadas desde el momento en que el Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” informó sobre el primer caso de un paciente masculino afectado por una inusual infección, que en ese entonces era relacionada con un extraño cáncer, al provocar lesiones en la piel y boca, inflamación de ganglios linfáticos e incluso una infección pulmonar que ponía en peligro la vida.
De acuerdo con las investigaciones que habían sido realizadas en otros países, donde casos similares habían sido registrados, esta condición fue denominada como el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (sida).
Un año más tarde, el 23 de abril de 1984, en Estados Unidos, el especialista Robert Gallo había iniciado con investigaciones relacionadas al virus que ocasiona el sida y el cual era conocido como HTLV-III. Fue hasta 1986 cuando HTLV-III fue bautizado como Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
A 40 años de su llegada a México, el VIH se ha convertido en una enfermedad que habita en más de 341 mil 313 personas y que sigue sin tener una cura. A pesar de ello, ha sido una de las condiciones médicas con más avances científicos en la historia.
Y es que, cuando inició la epidemia del sida, la mayor parte de los pacientes moría en el transcurso de un año, luego de haber sido diagnosticados, pero en la actualidad el panorama es completamente distinto, ya que las personas portadoras del virus pueden tener una esperanza de vida cercana al promedio, siempre y cuando reciban un diagnóstico oportuno, tengan acceso al tratamiento y que se apaguen de forma estricta a él.
La epidemia del VIH/sida ha revolucionado la manera de abordar los problemas de salud pública y ha demostrado que más allá de ser una sentencia de muerte es una enfermedad controlable.
LEER: Reducción de la pobreza es el logro más importante del Gobierno de la 4T: presidente AMLO
El camino a ser indetectable
Gracias a los avances en tecnología e investigación en cuanto al tratamiento del VIH, actualmente las personas que son portadoras del virus únicamente requieren tomar una pastilla diaria para mantener la carga viral a niveles tan bajos, que, si es tomada en tiempo y forma, pueden llegar a ser indetectables, es decir, que la cantidad de moléculas del virus en el organismo son tan bajas que no se puede transmitir. Pero llegar a este resultado no fue un camino fácil.
El VIH es un virus que, al ingresar al organismo, ataca a las células de la sangre conocidas como CD4 y que son utilizadas para que el virus se pueda reproducir en su interior hasta destruirlas.
En ese contexto, durante los primeros meses de 1985 se inició una serie de estudios en donde se puso a prueba una molécula llamada zidovudina (AZT) y se logró demostrar que era capaz para detener la reproducción del virus en las células. Se realizó una serie de estudios clínicos y fue hasta marzo de 1987 cuando la FDA aprobó su uso.
Pero ojalá que todo hubiera sido así de sencillo, pues con el paso del tiempo, los médicos se dieron cuenta de que, aunque la AZT extendía la supervivencia de los pacientes, su eficacia era temporal, ya que el virus mutaba rápidamente, volviéndose resistente al tratamiento.
Fue hasta 1996 cuando se reportó el desarrollo de la Terapia Antirretroviral de Alta Actividad (TARAA) que fue un coctel de antirretrovirales que logró reducir no solo la mortalidad de la enfermedad, sino la incidencia a enfermedades oportunistas.
En México, el AZT estuvo disponible desde 1991 y a partir de 1995 se comenzó a utilizar en combinación con otros antirretrovirales, mientras que el TARAA comenzó a utilizarse en 1997, únicamente por los pacientes afiliados al IMSS y al ISSSTE, situación que dejó sin atención al 50 por ciento de las personas portadoras del virus.
Esta falta de cobertura y el manejo inadecuado de las combinaciones, dosis e intervalos, hizo que durante años la eficacia del TARAA en México no fuera similar a la de otros países.
La búsqueda del tratamiento ideal para el VIH se convirtió en una lucha constante que dio pie a una serie de medicamentos que, aunque en un inicio registran resultados positivos, las mutaciones del virus los dejaban obsoletos.
Hoy en día existen más de 30 medicamentos para el tratamiento del VIH, que pueden ser combinados según las necesidades de cada paciente. Tienen menos efectos secundarios y variados mecanismos de acción y que hacen frente a las mutaciones del virus, frenando por completo la reproducción del virus.
LEER: HABRÁ NUEVAS OFERTAS LABORALES RELACIONADAS CON AERONÁUTICA POR INAUGURACIÓN DEL AEROPUERTO DE TULUM
¿Y la vacuna para cuando?
La industria farmacéutica en todo el mundo continúa desarrollando investigaciones especializadas para diseñar una vacuna que prevenga la infección, mejorar el tratamiento antirretroviral y encontrar una cura para el VIH.
Aunque los trabajos se han centrado en la creación de una vacuna, ha sido una meta que se ha buscado desde el inicio de la epidemia. Se han realizado distintos ensayos clínicos para una vacuna, pero los resultados no han sido suficientes para autorizar su uso extendido.
El principal problema en el diseño de una vacuna, al igual que en los primeros tratamientos, es que el VIH ha demostrado tener la capacidad de mutar y engañar al sistema inmunológico para no ser detectado por el organismo.
A mediados del 2019, se anunció el inicio del ensayo clínico Mosaico en el que se puso a prueba una vacuna elaborada con tres genes del VIH que fueron aplicadas con cuatro inyecciones a lo largo de un año.
Los resultados de la prueba se dieron a conocer a principios de este año por los investigadores de la farmacéutica Johnson & Johnson, quienes confirmaron que la fase 3 de Mosaico demostró que la vacuna no era capaz de que el sistema inmunológico detectara los tres genes del VIH.
“Estamos decepcionados con este resultado y nos solidarizamos con las personas y comunidades vulnerables y afectadas por el VIH. Seguimos firmes en nuestro compromiso de promover la innovación en el VIH, y esperamos que los datos de Mosaico proporcionen información para futuros esfuerzos para desarrollar una vacuna segura y eficaz”, dijo la Dra. Penny Heaton, portavoz de la farmacéutica.
Según ONUSIDA, en México, el número de infecciones continúa aumentando y aunque los tratamientos han experimentado avances positivos, las estadísticas de mortalidad se mantienen, debido a que la mayoría de las personas con VIH fallece cuando la enfermedad progresa a sida al no tener un diagnóstico oportuno. El VIH facilita la aparición de infecciones oportunistas y complica el panorama médico de los pacientes, en gran parte debido a la demora en el inicio del tratamiento.
LEER: Detienen en Guanajuato a presunto homicida del Activista Adolfo Vanderkam
FUENTE: LA VERDAD NOTICIAS