Un análisis de datos en 123 países arrojó que la lactancia no sólo beneficia a los hijos, sino la salud de las madres: reduce la depresión posparto y la diabetes tipo 2
La lactancia es un proceso de alimentación que puede durar de los seis meses como alimento exclusivo hasta dos años como complementaria. La duración depende de la elección de cada mujer.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) dio a conocer en su informe «El regalo de una madre para cada niño» que amamantar a los bebés desde su nacimiento no sólo trae beneficios para la salud del hijo, sino de la madre, pues se comprobó que «la lactancia protege de posibles hemorragias, depresión posparto, cáncer de ovario y mama, infartos y diabetes tipo 2 a las mujeres», según un análisis de datos que recogió información de procesos de lactancia de 123 países cuyo nivel de lactancia es del 95 %.
A través de un estudio «Lactancia y Salud Materna», se comprobó que las mujeres que amamantan por 12 meses reducen el riesgo de carcinoma de mama y de ovario en un 26 % y un 37 %, respectivamente. Aunque eso sí, no se encontraron pruebas concluyentes de una asociación entre la lactancia materna y la densidad mineral ósea. Al mismo tiempo se probó que la lactancia redujo el riesgo en 32 % de diabetes tipo 2 y, que a menor duración de lactancia materna hay mayor riesgo de depresión posparto.
Amamantar por 12 meses reduce el riesgo de carcinoma de mama y de ovario en un 26 y un 37 por ciento, respectivamente. (Foto: Pixabay)
A la par de las consideraciones de este análisis, cabría destacar que los datos son muy variables entre países pobres y ricos, pues mientras en los países ricos el 21 % de los niños no se amamantan, en los pobres sólo el 4 % de las mujeres no da leche materna por distintos motivos. Los ejemplos más representativos son Estados Unidos, con un 74 % de bebés no amamantados e Irlanda con un 55 %.
Según las estimaciones de la UNICEF, a nivel mundial hacen falta prácticas que animen a aumentar la lactancia y mejoren los procesos que ya existen para que las mujeres brinden lactancia en espacios seguros y libres de distintos tipos de violencia. Además de restricciones sobre el marketing de leches artificiales que no se comparan con la lactancia natural.
Hacen hincapié en el papel de los hombres como apoyo a la lactancia y llama a no subestimar el proceso. No es gratuito si se sabe que la leche materna implica una diferencia estadística importante para los bebés prematuros, que mejoran sus condiciones de salud física con la leche materna y elevan sus posibilidades de vivir una vida más sana.
FUENTE: CULTURA COLECTIVA