Los bebés son más felices cuando tienen la atención de papá
Puede que estés feliz de que digan que tienes los ojos de tu madre, pero sería aún mejor que te parecieras más a tu padre, según una nueva investigación. Y es que de acuerdo con expertos de la Universidad de Binghamton en Nueva York, los bebés que se parecen más a su papá son en realidad más saludables.
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¿La razón? Los bebés que son un «doble» de papá, tienden a recibir más atención por parte de este durante el primer año.
«Los padres son importantes en la crianza de un niño y es ahí donde se manifiesta la salud del niño», dijo Solomon Polachek, profesor de economía de la Universidad de Binghamton en Nueva York.
Para llegar a conclusiones, el estudio analizó a 715 bebés niños nacidos de madres solteras, otro grupo cuyos padres no estaban presentes y que veían cada cierto tiempo y otro grupo de niños que vivían con ambos padres. En el momento del nacimiento del niño, los autores del estudio preguntaron a ambos padres: «¿A quién se parece el bebé?» (Esto es cuando los padres que no están seguros de su paternidad por lo general deciden si un bebé es suyo, anotaron los autores del estudio). Los bebés fueron clasificados como «pareciendo papá» si ambos padres notaron alguna semejanza.
Es poco probable que los niños que nacen de padres casados y que viven con ellos sean ignorados, ya que los hombres que están más seguros de su paternidad y pasan más tiempo con ellos.
Resultó que los pequeños que se parecía a su padre gastaron el equivalente a 2.5 días extra por mes con el niño. Esos días adicionales para papá significaron que el niño recibió más supervisión adulta. Los padres que pasaron tiempo con sus hijos también fueron más propensos a aprender acerca de cualquier problema de salud que necesitara ser atendido, y para saber si los niños querían cosas como ropa, comida u otras necesidades.
A su vez, esto se tradujo en una mejor salud en relación con los bebés que no se parecían a papá, al menos en función de las calificaciones subjetivas de salud de los padres, así como en las visitas al hospital y los episodios de asma.
Los investigadores en el estudio sugirieron que este comportamiento tiene sus raíces en la evolución ya que «esos padres que perciben el parecido del bebé con ellos, tienen más certeza de que el bebé es de ellos, lo cual los motiva a pasar más tiempo con él», explicó Polachek.
La teoría evolutiva predice que los padres pasarán más tiempo cuidando a los niños que están genéticamente relacionados con ellos, aumentando así las probabilidades de que esos niños crezcan, tengan sus propios bebés y transmitan sus genes.
fuente: NUEVA MUJER