Si te ejercitas con regularidad seguramente has notado que algunos días tu rendimiento es mejor que otros. Que quizá una mañana recorres sin problemas la distancia que sueles trotar o nadar, o que realizas tu rutina de gimnasio o crossfit como si nada, pero en otros momentos ocurre justo lo contrario, que si la completas es con mucho esfuerzo.Esto se debe a múltiples razones, pero una decisiva es la alimentación, no solo la que tienes cotidianamente, sino en especial los pequeños snacks que comes antes de empezar a ejercitarte. Porque sí comes algo, ¿no?
En general, los nutriólogos recomiendan comer un pequeño bocadillo rico en proteínas y que aporte una cantidad moderada de carbohidratos; en el caso de las primeras, para que al momento de ejercitarse tu cuerpo se enfoque en quemar grasa y no músculo; en cuanto a los carbohidratos, su función es suministrarte una pequeña dosis de energía inicial para el esfuerzo que vas a realizar y así dejar encaminado al cuerpo a que consuma sus reservas.
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A continuación te compartimos 4 ideas de snacks que cumplen con estos requisitos: son los adecuados para comer previos al ejercicio físico moderado o exigente; son naturales y, aun mejor, los 4 son muy fáciles de conseguir.
Plátanos
Los plátanos (o bananas, como se les conoce en algunos países hispanohablantes) son ricos en carbohidratos complejos y potasio, por lo cual son una de las mejores opciones de alimentación para las personas que se ejercitan. Además, por su consistencia inducen rápidamente la sensación de saciedad pero sin pesadez de por medio.
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Leche
Por su alto contenido proteínico, sea de vaca, de soya o de almendras la leche es una especie de “amiga” natural del deportista. Asimismo, en el mediano y largo plazo las tres son una fuente importantísima de calcio y, por ende, del fortalecimiento de los huesos, los cuales, sin el cuidado adecuado, pueden verse afectados negativamente por el ejercicio físico.
Manzanas
Otro fruto sumamente generoso para quienes se ejercitan: provee una importante cantidad de energía en forma de glucosa (no de grasa), aporta otros beneficios a la salud (por ejemplo, por sus vitaminas y su fibra) y, por último, es portátil y fácil de conseguir. Todo esto también de forma ligera y natural.
Nueces y frutos secos
En este apartado nos referimos a varias cosas. Por nueces hablamos de las nueces comunes pero también las almendras, las nueces de la India, semillas de calabaza o de girasol, avellanas, etc.; y por frutos secos pensamos en arándanos, pasas, ciruelas secas y algunos otros afines. Quizá no somos muy precisos, pero desde hace unos años estos alimentos se ofertan como una combinación ideal y prácticamente inseparable.
Las nueces y frutos secos son ricos en proteínas y grasas insaturadas o “grasas buenas”, por lo que además de que resultan idóneos para quemar durante una rutina de ejercicio, su efecto sobre la salud del corazón y el resto del sistema circulatorio es admirable, pues contribuye significativamente a incrementar el llamado “colesterol bueno” (lipoproteínas de alta densidad es su nombre técnico) que, en términos llanos, “barre” el colesterol malo de las arterias y lo lleva al hígado, con lo cual mantiene libre el paso de la sangre.
Fuente: Harmonia