Las bandas se presentaron con rotundo éxito en el Moon Palace Arena.
En los muros, las luces formaron un cielo cuajado de estrellas diminutas y un par de lunas en cuarto menguante, en las pantallas gigantes se proyectaron a un tiempo, nostalgia y modernidad, mezclas de éxitos clásicos y contemporáneos que hacían mover cabezas, manos y pies de los asistentes aún en espera de la aparición de dos de las bandas emblemáticas de los años ochenta y noventa, y cuya vigencia no la dan sus nombres sino sus éxitos.
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“Cuando me dijeron que íbamos a compartir escenario con Alphaville busque en iTunes quienes eran, y tan pronto escuché “Forever young”, di un brinco de gusto, casi me salgo del camino porque iba manejando. Con esa canción jugaba en mi infancia, es muy emocionante tocar con esa banda”, dijo durante la conferencia de prensa Stephanie Calver, la joven cantante de Starship, y algo parecido sucedió a una buena cantidad de público que justo al sonar los primeros acordes, hicieron sonar sus palmas y se sumaron al ritmo de un tema cuyos arreglos carecían de la energía que la canción posee.
“Me salen debiendo, como que les faltó algo, ¿está muy lenta esta versión no creen?, preguntó alguien en la mesa contigua, pero los cuerpos bailaban, cantaban, suspiraban y aplaudían. Ahí estaba la poderosa presencia de la tecnología al servicio de la música y la frescura de la bajista Maja Kim, quien ejecutó con maestría la marca sonora de la época: los sintetizadores.
Alphaville
Vestido de negro, con saco y una voz potente, Marian Gold, líder de Alphaville, no hizo suficiente contacto con el público, dejó que la música hiciera su parte y que los aplausos cerrarán su actuación sin el clásico “¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!”, porque a quien el público esperaba era a Starship, banda que saltó al escenario con una fuerza mayor y una interacción tal, que hasta el cantante y líder de la banda Mickey Tomas, tomó el celular de un fan para grabar al público mientras saltaba y cantaba sus éxitos.
“Cada vez es más difícil lograr el reconocimiento, al público no le gusta escuchar las nuevas canciones y eso es algo frustrante, pero nosotros queremos seguir haciendo música nueva y hacer muchos shows”, dijo un par de horas antes Mickey Tomas a la prensa, pero el público respondió casi con la misma intensidad con las nuevas y las viejas canciones, porque la energía estuvo ahí, en un escenario que imponente, vistió la escena con alucinantes juegos visuales.
“We built this city”, “Nothing’s gonna stop us now”, “Sara”, siguen vigentes en la banda sonora de millones de fans en un mundo donde aún se puede vivir de la nostalgia.
Fuente:Sipse