Un estudio señala que ayuda a mitigar el dolor y sus efectos negativos.
Como dijo William Congreve, un dramaturgo inglés del siglo XVII: “La música cuenta con los encantos para calmar un pecho salvaje”. Todo el mundo sabe que escuchar música puede mejorar significativamente nuestra salud y nuestro sentimiento general de bienestar.
De acuerdo con el portal Sin Embargo, aún hay más que sólo eso. Un área de investigación se dedica a estudiar cómo la música ayuda a mitigar el dolor y sus efectos negativos. Ya se ha demostrado que reduce la ansiedad, el miedo, la depresión, la angustia relacionada con el dolor y la presión arterial.
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Se ha descubierto que aplaca los niveles de intensidad del dolor, así como las necesidades de opioides de los pacientes con dolor post-operatorio.
La música ha ayudado a muchos niños a afrontar operaciones quirúrgicas y visitas al dentista. Y se ha demostrado que funciona en una gran variedad de entornos clínicos, como los cuidados paliativos, la pediatría, la cirugía y la anestesia.
¿Qué hace que la música sea tan eficaz a la hora de hacernos sentir mejor? A menudo, las investigaciones han puesto el foco en teorías relacionadas con cómo los impulsos del sistema nervioso central se ven afectados por nuestros procesos de pensamiento y nuestras emociones. Cualquier cosa que nos distraiga puede reducir el grado de atención que le prestamos a la dolencia, y la música puede ser particularmente poderosa en este sentido.
La música capta y retiene nuestra atención y es, desde un punto de vista emocional, atractiva. Sobre todo si tenemos un fuerte vínculo emocional con la pieza o la canción escuchada. Con toda probabilidad, una canción favorita tendrá unos efectos positivos más intensos que una canción que no nos gusta o no conocemos.
La música nos ayuda al dolor
Los investigadores han demostrado que la música que preferimos tiene mayores efectos positivos sobre la tolerancia y la percepción del dolor, que reduce la ansiedad y que aumentan los sentimientos de control sobre el sufrimiento.
Pero no solo escuchar nuestra canción favorita es útil. La naturaleza de la música también ha demostrado ser importante en el incremento de la involucración emocional de los pacientes. Un estudio reciente confirma este extremo en relación con diversos atributos acústicos. Por ejemplo, una canción que es brillante, con baja intensidad y un tempo más lento tiene un gran efecto positivo sobre el grado de dolor que experimentamos.
Ejercitarse con música es una de las mejores formas de no abandonar tu rutina o en su caso de continuar con los ejercicios aunque no estés acompañado. Y ambas actividades benefician tu salud.
Fuente: Sipse