La serie de Prime Video que tienes que ver si te gustó ‘La sustancia’
Pero antes que la película de Coralie Fargeat desconcertara al público y a la audiencia con su premisa, una serie de Prime Video lo hizo también y por razones parecidas a La sustancia. Se trata de Inseparables (2023) producida y dirigida por Alice Birch. Basada en la película homónima de 1988 de David Cronenberg, la producción de seis episodios sigue a las gemelas Beverly y Elliot Mantle (Rachel Weisz en doble papel), ginecólogas dispuestas a revolucionar la especialidad. Eso, sin atenerse al límite ético o profesional alguno.
Así que ambas enfocan toda su energía, talento y privilegios, en encontrar la manera en que cada mujer que así lo desee pueda ser madre. Pero más allá de cualquier aspiración heroica, lo que impulsa a las Mantle es un morboso interés en ver cuáles son los límites reales de la medicina y la ciencia. Desde los primeros minutos de su episodio inicial, la serie mezcla en un mismo escenario un puñado de temas controvertidos, incómodos y violentos. Del incesto, el uso de la medicina como plataforma para experimentos cuestionables, pasando por el aborto, la inseminación in vitro con patrones de eugenesia.
Al igual que en La sustancia, nada falta en esta colección depravada y cada vez más tensa, acerca de la naturaleza humana, el mal contemporáneo y la subversión de la curiosidad científica. Todo lo anterior, en medio de un sofisticado escenario de salones minimalistas de aire futurista y consultorios convertidos en sofisticadas jaulas de experimentación.
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Una historia solo para estómagos fuertes
A medio camino entre una exploración perversa sobre la ética médica y el body horror, Inseparables comienza por indagar acerca de los errores en quirófano y diagnóstico que comenten las gemelas. Ninguno de ellos es accidental y a medida que la trama investiga el motivo por el cual lo cometen, la historia se vuelve más atroz.
En particular, porque un punto queda claro casi de inmediato: tanto Beverly como Elliot comprenden el cuerpo de sus pacientes como un territorio propicio para la disección y el estudio. No solo en el sentido inmediato, sino, además, un campo de estudio que les pertenece sin que las víctimas imaginen algo semejante.
Pero aún más retorcido, es el hecho de que las gemelas, también tienen la misma percepción acerca de sus propios cuerpos. Por lo que se inseminan entre sí con material genético mutuo y llevan sus experiencias sobre tratamientos de avanzada a su propio útero. Incluso, fantasean con la posibilidad de tener un bebé que puedan desarrollar a partir de la partenogénesis o un método lo suficientemente cercano a eso. Entre todo lo anterior, la directora y también guionista, se cuestiona el control de las mujeres sobre sus cuerpos, el deseo sexual y hasta el miedo a ser madre.
Una producción audaz
Como es de suponer, llevar todos estos procedimientos a la práctica, deja a su paso una buena cantidad de casos fallidos, pacientes heridas y hasta fallecidas en circunstancias complejas. Por los que las Mantle deciden que la solución a todo lo anterior es abrir un instituto propio.
Un lugar seguro para llevar a cabo todas las operaciones y experimentos que necesitan, que además, las proteja de ser descubiertas. La serie tiene especial cuidado en reflexionar acerca de la responsabilidad legal y moral, relegándolas a límites que las gemelas no obedecerán. Un giro que convierte cada una de sus decisiones, en una trampa con la que deben lidiar con sus mejores capacidades de manipulación.
Paso a paso, Inseparables se vuelve más hostil con respecto a cómo presenta los excesos de las científicas. Por lo que hay una buena cantidad de secuencias gráficas y sangrientas, que impactan por su habilidad para transgredir conceptos. De una de las hermanas sosteniendo entre sus manos su propio aborto a escenas enteras que muestran las atrocidades que cometen bisturí en mano.
La producción no es tímida al mostrar la crueldad y de hecho, logra que cada imagen provocadora o directamente repugnante posea, también, una indudable belleza. Un logro técnico y de cinematografía que equipara a la serie con La sustancia en más de una forma.
Una producción siniestra y brillante
A lo largo de sus seis episodios, Inseparables se vuelve más siniestra y brutal, al igual que La sustancia. En especial, cuando el cuestionable comportamiento de las gemelas llega a niveles inauditos. Pero la serie, jamás pierde su sentido del horror sofisticado, incluso cuando la historia transgrede líneas que le llevan directamente a lo explícito y lo gráfico.
Para su final — un capítulo perturbador que explora en la capacidad de la medicina para volverse un escenario monstruoso —, la producción mostró todos sus secretos. Pero también, dejó una serie de preguntas sin respuesta, que brindan a su premisa varias capas y dimensiones. En especial, hasta dónde puede llegar la curiosidad científica humana y que tanto, ese afán de experimentación necesita un peso ético. Una dimensión del mal tan incómoda como profunda que hace de Inseparables una brillante y extraña historia.
FUENTE: HIPERTEXTUAL