Cancún, Quintana Roo a 05 de Octubre del 2021: Un grupo de arqueólogos descubrió en la península de Yucatán una carretera construida por los mayas hace mil 300 años.
La carretera, de 100 kilómetros de largo, conectaba a Cobá con la antigua ciudad de Yaxuná.
En los resultados que fueron publicados en el Journal of Archaeological Science se relata que el primer estudio que permitió el descubrimiento fue realizado desde el aire con tecnología ‘lidar’, con la cual se determina la distancia desde un emisor a un objeto o superficie pulsando una luz láser.
Con este método, un equipo de antropólogos y arqueólogos de la Universidad de Miami logró detectar, medir y mapear estructuras de la carretera de Yucatàn, ocultas debajo de la densa vegetación.
“El lidar realmente nos permitió comprender el camino con mucho más detalle. Nos ayudó a identificar muchos pueblos y ciudades nuevos a lo largo del camino, nuevos para nosotros, pero preexistentes”, dijo la arqueóloga Traci Ardren, investigadora principal.
El crecimiento de plantas en la zona, a menudo, ha envuelto ciudades enteras sin que se permita su simple vista.
En dicha carretera, los investigadores identificaron más de 8 mil estructuras cubiertas de árboles de diferentes tamaños a lo largo del sacbe (un camino pavimentado elevado), con suficiente volumen total para llenar aproximadamente 2 mil 900 piscinas olímpicas.
Además, el estudio también confirmó que el camino de la carretera de Yucatán, que mide 8.5 metros de ancho, no es una línea recta, como se supuso cuando los arqueólogos del Instituto Carnegie de Washington cartografiaron toda su longitud en la década de 1930.
“Ahora también sabemos que el camino no es recto, lo que sugiere que fue construido para incorporar estos asentamientos preexistentes, y eso tiene implicaciones geopolíticas interesantes. Este camino no solo conectaba Cobá y Yaxuná; conectaba a miles de personas que vivían en la región intermediaria”, explicó el equipo en un comunicado.
La carretera fue construida justo antes del año 700 de nuestra era, al final del Período Clásico, cuando Cobá estaba en plena expansión