En la era digital, nuestras tarjetas de débito y crédito se han convertido en herramientas esenciales para realizar transacciones cotidianas. Sin embargo, es común que nos surjan preguntas sobre la seguridad de estas transacciones, especialmente cuando notamos que en ciertos casos no se nos solicita el Número de Identificación Personal (NIP). En esta exploración, desentrañaremos las razones detrás de esta aparente falta de verificación y cómo se mantienen nuestras transacciones seguras.
El Número de Identificación Personal, o NIP, ha sido durante mucho tiempo el bastión de seguridad en nuestras transacciones con tarjetas. Este código secreto es requerido típicamente en cajeros automáticos, pagos en terminales de punto de venta y transacciones en línea que demandan una capa adicional de autenticación. Sin embargo, no es raro encontrarse con situaciones en las que este código parece ser obviado, y es crucial comprender las razones detrás de ello.
Contactless
Una de las razones más evidentes es la popularización de los pagos sin contacto. ¿Alguna vez has visto a alguien simplemente acercar su tarjeta al lector y realizar la transacción sin ingresar el NIP? Esto se debe a la tecnología NFC (Near Field Communication), que permite realizar pagos simplemente acercando la tarjeta al dispositivo receptor. Para montos pequeños, generalmente por debajo de los 300 pesos, no se requiere el NIP, agilizando así el proceso y brindando comodidad al usuario.
Transacciones en línea
Cuando se trata de compras en línea, la historia es diferente. Aquí, se nos solicita el número de tarjeta, la fecha de vencimiento y el código de seguridad (CVV) para completar la transacción. Al no estar físicamente presentes y utilizar información más detallada, el NIP no se requiere en estas circunstancias, ya que la autenticación se logra de otras maneras.
Transacciones recurrentes
Las suscripciones y pagos recurrentes son otra área donde el NIP puede quedar en segundo plano. Cuando autorizamos previamente una transacción recurrente, la necesidad de ingresar el NIP en cada transacción subsiguiente puede ser eliminada. La autorización inicial actúa como un paraguas de seguridad que cubre los pagos recurrentes, brindando conveniencia al usuario sin comprometer la seguridad.
Comercios de confianza
Si bien el NIP es una capa de seguridad esencial, algunos comercios o establecimientos con los que mantenemos una relación de confianza pueden tener políticas internas que eliminan la necesidad de ingresar el NIP para ciertos montos o tipos de transacciones. Esto se basa en la premisa de que la relación establecida implica un nivel de confianza que justifica medidas de seguridad flexibles.
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Límite de bancos
Es importante tener en cuenta que la solicitud del NIP al realizar una compra con tarjeta puede variar según el banco emisor y el tipo de tarjeta que utilicemos. Los bancos establecen límites de gasto diferentes para transacciones que requieran o no la inserción del NIP. Es fundamental comprender estas variaciones para tener un control más efectivo sobre nuestras transacciones y salvaguardar nuestra información financiera.
Más allá del NIP
Es crucial recordar que, aunque en ciertas situaciones no se solicite el NIP, las medidas de seguridad no se limitan a este código. Los avances tecnológicos y las políticas de seguridad de los bancos han evolucionado para proporcionar una protección integral. La encriptación de datos, la monitorización de patrones de gasto y la detección de actividad sospechosa son solo algunas de las formas en que se asegura la integridad de nuestras transacciones.
Fuente: Enséñame de ciencia