El riesgo de que ocurran enormes pérdidas económicas por el paso de un ciclón en la zona norte del estado es siempre inminente en esta época. Incluso, también se debe considerar que las vidas humanas corren peligro, que puede y debe disminuirse en un esfuerzo conjunto de sociedad y gobierno. Y es una realidad que no puede eludirse, sino más bien enfrentarse con acciones preventivas e información para reforzar lo que se conoce como la `cultura de huracanes´.
Luego del paso de `Wilma´, en 2005, quedó de manifiesto la capacidad destructiva de un huracán y también que es una realidad que no se puede evitar. Tarde o temprano habrá un fenómeno natural tanto o más poderoso que éste que azotó Cancún en aquellos días de octubre.
De hecho, es lo que concluyó el informe final del estudio: `Análisis de posibles impactos del cambio climático; Estudio del caso preliminar: Cancún, Quintana Roo, elaborado en conjunto por la Semarnat y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.
Dos factores son determinantes para saber que eventuales nuevos ciclones podrían ser más destructivos que `Wilma´, cuyas pérdidas generadas fueron multimillonarias. En principio, el estudio determina que las nuevas condiciones climáticas tienden a aumentar la potencia de los sucesos meteorológicos, tales como “las olas de calor, mayores precipitaciones que dan lugar a inundaciones, temperaturas mínimas más altas y menos días fríos”.
El segundo factor que aumenta el riesgo de más daños es sencillo de explicar; hay más construcciones en las zonas urbanas por el crecimiento demográfico y la extensión de la mancha urbana. Hay numerosas nuevas edificaciones que no estaban cuando llegó `Wilma´.
No se trata de ser alarmistas sino, por el contrario, realistas. Este estudio está firmado por el Maestro en Ciencias José Luis Pérez López; y los Dres. En Ciencias Jorge Sánchez Sesma y Ricardo Prieto González.
El informe recaba información de otros encuentros de especialistas, como la que sustuvo el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), del cual señala:
“También es probable que haya un aumento en algunas zonas en las intensidades de viento máximo y precipitación de los ciclones tropicales
“La duración e impactos de los huracanes más intensos como son el Gilberto de 1988 y Wilma de 2005, han mostrado que Cancún tiene diversas regiones vulnerables ante los efectos producidos por estos fenómenos meteorológicos:
Ante el oleaje: Zona costera, barra, zona turística (menos de 7 m sobre el nivel del mar).
“Ante el viento: Barra, zona turística, zona centro, comunicaciones, aeropuerto.
“Ante la lluvia: Zona centro, caminos, carreteras, vías terrestres.
“Las afectaciones a las actividades turísticas de Cancún debidas a fenómenos meteorológicos han ocasionado danos materiales en cientos de hoteles, miles de cuartos afectados, miles de millones de dólares dejados de percibir por la retirada de los vacacionistas y el descenso de la demanda de servicios turísticos, además de la erosión de playas y de daños en los ecosistemas que visita el turismo, como la selva y el arrecife”.
El estudio es elocuente y explica con claridad esta realidad que enfrentamos por el hecho de haber decidido vivir, trabajar e invertir esta zona, paso natural de los huracanes. La industria turística es de suyo noble, tanto que ha demostrado ser una palanca de desarrollo nacional, que genera empleos, atrae inversiones y mejora el nivel de vida de las personas.
Sin embargo, parte también de este precio es la necesidad de cultivar y mantener una cultura de prevención que minimice al máximo los daños materiales y humanos en cada temporada que registre la presencia de estos fenómenos.
“Seis de los diez huracanes más intensos de la historia del Océano Atlántico se han observado en el Mar Caribe. Los otros cuatro en el Golfo de México. Ante el calentamiento global previsto por el IPCC, podemos esperar huracanes más intensos que los registrados hasta ahora en el Mar Caribe, por lo cual Cancún requiere de tomar medidas de adaptación ante este hecho con el fin de mantener de forma sostenible y durante las siguientes décadas su actividad turística, social y económica.
“Aún cuando la zona hotelera de Cancún ha llegado a cierta estabilidad debido a la ocupación casi total de la barra de arena que divide al Mar Caribe de la Bahía de
México, Nichupté, existe un incremento poblacional considerable en la ciudad de Cancún (crecimiento porcentual entre los más grandes del país). Este incremento poblacional es aún mayor en el corredor turístico de la Riviera Maya, el cual también está expuesto a los efectos producidos por fenómenos meteorológicos extremos.
“Debido al incremento de la población, de construcciones y de vías de comunicación en las zonas de riesgo de México, en particular en las zonas costeras (Cancún, por ejemplo), se pueden esperar daños económicos más elevados en el futuro ocasionados por fenómenos hidrometeorológicos extremos, aún en el caso de no observarse el calentamiento global pronosticado”.
Paul Carrillo y Mauricio Góngora, conocedores del tema y preocupados por la prevención
Y si bien es cierto que esta es una realidad insoslayable, también hay que destacar que los presidentes municipales de las ciudades más dinámicas del norte del estado, Paul Carrillo en Cancún y Mauricio Góngora en Solidaridad, han dado muestras de que tienen presente el tema.
En días recientes se celebró en Playa del Carmen un cónclave nacional dedicado precisamente a la protección civil, donde Mauricio Góngora, como anfitrión, dio un informe de los programas de prevención que se mantienen en una constante en su municipio, que además forma parte del probado Sistema de Protección Civil en el estado.
De la misma manera, emprendió un programa de reforestación y mantenimiento en la duna costera, vital para la protección de los fenómenos meterológicos.
La información a la sociedad sobre las medidas que debe tomar para colaborar en casos de emergencia, los albergues y el sistema de alerta temprana se mantienen constantemente bajo la supervisión de las áreas encargadas, pues no es un tema menor sino uno bien importante para resguardar la vida de los habitantes, los turistas y sus pertenencias.
De la misma manera, Paul Carrillo realizó recientemente un recorrido para supervisar el mantenimiento que se da a los más de mil pozos de absorción distribuidos en la mancha urbana de Cancún.
Es indispensable el buen funcionamiento de esa red de pozos, porque de su eficacia depende directamente la operatividad de la ciudad. Los encharcamientos e inundaciones son letales para la movilidad y Paul Carrillo lo sabe, como cancunense de casi toda la vida.
Hay que recordar que su gobierno empezó justamente en un contexto de alerta por lluvias y desde que asumió el encargo, determinó la importancia que tiene mantenerse constantemente ocupado con su equipo de Servicios Públicos en este tema.
De esta manera, los riesgos que implica haber desplegado una ciudad con esta calidad de infraestructura en una zona de huracanes no se pueden evitar. Pero si se pueden y se deben disminuir con estas medidas preventivas, donde las autoridades han demostrado capacidad y oportunidad. @Antoniocallejo