Jorge González Durán.- Autonomía municipal, sueño de Alarcón (Última parte)
El periodista Mota, que presenció algunos días la campaña por la presidencia municipal, dejó esta acotación: “Amaro Santana ataca por si propio o por conducto de sus oradores, a la administración de Alarcón como si éste perteneciera a otro partido”.
Pero Alarcón, ya de salida, analizaba el entorno y sabía que ya no tenía destino político en la ciudad que había visto nacer de la nada, en medio de la incertidumbre y el escepticismo de muchos. Sus palabras traslucían pesimismo: “En estos días (marzo de 1978) de reforma administrativa, de reforma política, los gobiernos de los estados están recibiendo del Gobierno federal más autoridad, más delegación. El propósito es dejar de ser centralistas para llegar a una etapa de madurez en que en verdad se pueda hablar de una federación. Pero el deseo de federalizar se queda atorado en las gubernaturas”.
Y luego pronunció estas palabras cargadas de pesar: “Parece ser que nunca llegaremos a tener municipios autónomos porque ahora que se intenta, el obstáculo se encuentra en los gobernadores”. En seguida planteó un reclamo y una aspiración que con el tiempo se haría realidad: “Un ejemplo de lo anterior es Cancún. Si este municipio pudiera retener los impuestos que cobra, sería autónomo. Pero, por ejemplo, en el predial, que es típicamente municipal, la totalidad va al estado; en la traslación de dominio, el estado se queda con todo; en la actividad de tránsito, el estado se lleva todo”. Los planteamientos de Alarcón se plasmarían en la reforma al artículo 115 Constitucional que vendría seis años después con Miguel de la Madrid. Se fortaleció la autonomía municipal, en lo administrativo y financiero, se le dio mayor capacidad de gestión y de respuesta a la comunidad, pero en lo político la autonomía es relativa.
Cancún ha visto desde entonces un crecimiento sin par en la República. El turismo ha sido el detonador de un desarrollo que ha impactado a toda la región y que ha beneficiado a todo el país.
Alfonso Alarcón veía venir la avalancha de los intereses económicos y políticos sobre Cancún. Y por ello propugnaba por una mayor autonomía municipal. Esta lucha, este decir lo que pensaba, motivo su temprano retiro de la actividad política. Pero hay que dejar constancia de que en ese tiempo de disciplina política férrea, hubo un político que se atrevió a alzar la voz para exigir mayor autonomía.
La autonomía municipal fue un sueño y una frustración de don Alfonso Alarcón.