CORRE LA VOZ
Por: Jorge Castro Noriega
CAMPAÑAS DE “VALE TODO”
- Populismo y exhibición familiar, tácticas cuestionables
- Se intensifica en Benito Juárez la “Guerra de los Pelones”
- Las contradicciones del discípulo de Obrador
- Un grupo de zombies deambula por Puerto Morelos
SON TANTOS LOS candidatos deseosos de sacrificarse por los cargos de elección popular en disputa este año, pero tantos también los reclamos ciudadanos que hay en Quintana Roo, que el caudal de las ideas se les está erosionando a los más de 160 aspirantes a gobernador, presidentes municipales y diputados que, con dinero del electorado, andan desaforados vendiéndose como lo mejor de lo mejor. Es evidente la carencia de verdaderas propuestas de fondo, la ausencia de conocimientos generales sobre las necesidades prioritarias del estado y es claro que no tienen la idea mínima de cómo van a cumplir tantas promesas que con cuestionable seguridad reparten de casa en casa y de calle en calle. Prometer no empobrece; dar es lo que aniquila.
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POR ESAS RAZONES, vemos cómo la retórica, la demagogia y el populismo siguen siendo las estrategias principales de campaña de estos sacrificados aspirantes a gobernantes y legisladores, quienes a falta de mejores ideas siguen creyendo que son tácticas geniales besar a un niño pobre, abrazar a un anciano, comer en casas humildes, pedalear bicicletas en las colonias, recorrer dos cuadras en un microbús, machetear un manojo de maleza o echarse una polvorienta “cascarita” llanera con estudiantes. Claro que esto lo hacen captando en cámaras fotográficas y de video las sentimentales escenas, las cuales luego venden como auténticas emociones del corazón que, una vez pasadas las elecciones, ganen o pierdan, difícilmente lo volverán a hacer. ¿Apuestan?
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EN ESTA GUERRA de difusión de imágenes de candidatos honestos, honorables, comprensibles, sensibles y cariñosos, no se ha soslayado la exhibición de escenas familiarmente cotidianas, como cuando aparecen abrazando o besando a su cónyuge, llevando a los niños a la escuela, manejando el coche de la casa, haciendo las compras del súper, paseando en una plaza comercial o comiendo tacos esquineros como cualquier mortal. Todo abona a las campañas, hasta la familia, que antes se guardaba celosamente para no exponerla al frágil escaparate de la crítica política, pues de lo que se trata, en aras de ganar, es de mostrarle al mayor número de personas posible que ellos son tan sencillos y tan humanos como ellos. Y todo vale ya.
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LAMENTABLEMENTE, LA MEMORIA del pueblo es corta y todo se olvida. Esos ciudadanos que hoy abrazan llorando a los candidatos; esos hombres que hoy son obligados a asistir a mítines políticos; esas jubilosas señoras que echan hasta desgañitarse a quienes les llevan un domingo música y comida a sus parques; esos jóvenes que sirven de invisibles promotores o activistas, todos ellos, ya no se acuerdan que en la elección pasada hicieron y pasaron exactamente por lo mismo. Basta preguntarles en qué cambió o mejoró su vida de entonces a la fecha, para medir el tamaño de la desmemoria colectiva. La recomendación es sólo una: Salir a emitir su voto, pero razonar con inteligencia a quien se lo van a dar.
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EN LOS DISTRITOS electorales de Cancún, las cosas se están poniendo de “pelos”. Porque demostrando que no tiene uno solo de tonto –como en su cabeza–, el candidato de Movimiento Ciudadano al Distrito 8, Antonio “Pelón” Cervera, decidió ponerle copyright a su calva imagen electoral luego de el “pirataje” que, asegura él, le está haciendo otro pelón, José Luis González, del PRI, quien no obstante de que pretende un Distrito distinto al suyo, el 7, mandó a imprimir toda su propaganda utilizando este mote que, sostiene Cervera, le pertenece desde su campaña anterior a presidente municipal. Por esta razón, el ex regidor pidió rehacer sus pendones y volantes con una leyenda que dice: “Pelón” Cervera el original. No acepte imitaciones.
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HAY QUE RECONOCER que este rapado aspirante a diputado del partido naranja ha tenido en sus campañas más ideas ocurrentes que votos en las urnas, pero eso no le resta creatividad y, a diferencia de otros, siempre anda innovando para atraer los reflectores. Hace poco presentó una idea que, así de sopetón, parece genial para garantizar que todos los funcionarios públicos cumplan eficientemente con su trabajo: Instalar cámaras de vigilancia en todas las oficinas, incluyendo la del gobernador, para ver en qué ocupan su tiempo. Ya meditada la idea de su Big Brother político, no creemos que funcione porque hoy en día los funcionarios son de calle y no de escritorio. Y en un estado turístico como lo es Quintana Roo, los gobernadores se pasan la mayor parte del tiempo viajando. Lástima.
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POCO A POCO va agarrando parecido el doctor José Luis Pech con su líder nacional Andrés Manuel López Obrador, en el discurso belicoso. El ex rector universitario y candidato de Morena a la gubernatura solía ser una persona tranquila y serena pero, cosas de la política y la posibilidad del “hueso” mayor, ha ido endureciendo su postura en los templetes donde, al igual que el “Peje”, arenga ya fuerte contra el Gobierno y todo lo que huela a su anterior partido, el PRI. Aunque a veces da la impresión de incongruencia, pues aunque pide a sus simpatizantes “no dejarse engañar por los medios vendidos” –que según AMLO son el 95% de los existentes en el estado–, no desaprovecha ninguna invitación para visitar las redacciones y dar entrevistas. ¿Entonces en qué quedamos doc?
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COMO EN UNA escena de la película Zombie Apocalypse, así andan por las calles de Puerto Morelos, como muertos vivientes, haciendo campaña los integrantes de la planilla del depuesto candidato de la coalición “Quintana Roo UNE”, Manuel García Salas. Y es que bajado por el Ieqroo de la candidatura en pleno arranque del proceso por haberle sido descubierta una inhabilitación jurídica para ocupar cargos públicos, el popular “Manolo” está impedido por Ley a realizar proselitismo. Por eso, en lo que el Tribunal Federal Electoral revisa y le resuelve su apelación, los de su planilla no tienen más remedio que salir a hacer campaña a las calles, donde se les ve deambular como almas en pena, solos, sin guía, sin nadie que los dirija.
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Y MIENTRAS LOS manolistas hacen como que hacen campaña para cumplir con los requisitos legales mientras el TEPJF determina si su “gallo” va o no va (expertos opinan que es más probable lo segundo), dos mujeres altamente combativas recorren ida y vuelta el municipio ofertando sus propuestas políticas. Una es la priista Laura Fernández, que está aplicando todo el expertise adquirido en su larga trayectoria de cargos públicos para convertirse en la primera presidenta electa del onceavo municipio; en tanto la otra aspirante, la ex verde ecologista Ludivina Menchaca, se mueve con todo bajo las siglas ahora del Movimiento Ciudadano. La primera es técnica y la segunda ruda, pero las apuestas favorecen la esquina tricolor.