El domingo 1 de julio los mexicanos elegiremos al nuevo Presidente de la república, a los integrantes del Congreso de la Unión, es decir, de las Cámaras de Diputados y de Senadores, y a los once presidentes municipales de Quintana Roo.
En algunas entidades, como en Yucatán, se elegirán también a las nuevas autoridades estatales y municipales y a los diputados locales.
En los países democráticos –y México es una democracia imperfecta, como todas de alguna manera lo son- las elecciones definen el rumbo de los asuntos públicos.
El día de las elecciones es un acontecimiento, debe serlo, eminentemente ciudadano. Porque es la ciudadanía –ojalá que de manera razonada y responsable- sale a la calle para acudir a las casillas para depositar su voto y expresar su preferencia o sus preferencias políticas.
Concluyeron las campañas electorales. Los partidos y los candidatos dieron a conocer sus propuestas, sus compromisos y sus promesas. Los candidatos presidenciales recorrieron el país, cada cual con su estilo, cada cual con su mensaje.
Ahora falta el día más importante. El día de la votación. Debe ser una jornada, así la esperan todos, tranquila, sin sobresaltos, civilizada, donde se exprese la voluntad ciudadana.
Hay que tener presente varias cosas:
El voto es universal, libre, directo, personal e intransferible. La ley electoral prohíbe cualquier acto que obligue o coacciones a la ciudadanía a revelar por cualquier medio el sentido del voto emitido, intentando violar la secrecía del mismo.
Se prohíbe propalar, de manera pública y dolosa, noticias falsas en torno al desarrollo de la jornada electoral o respecto a sus resultados.
El voto es secreto. Al votar, las personas marcamos la opción que queremos sin que nadie nos pueda ver, pues lo hacemos dentro del cancel. Después, dobla su boleta y la deposita directamente a la urna. En la urna habrá muchas boletas dobladas, así nadie podrá reconocer cuál es la suya.
Al final de la jornada los votos se cuentan por los funcionarios de casilla, los representantes de los candidatos y de los partidos, y se llenan las actas respectivas.
Al cierre de las casillas comenzará a fluir la información que se dará a conocer a través del Programa de Resultados Electorales Preliminares, mejor conocido como PREP.
Lo importante es que los mexicanos, el domingo 1 de julio, vamos a decidir el futuro que queremos para nuestro país.
El domingo 1 de julio debe ser el día de los ciudadanos. Usted debe elegir. Hágalo con responsabilidad y con visión de futuro.
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