DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
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En 1991 El Banco Obrero promovió la construcción de un Conjunto Habitacional que tendría hasta dos mil departamentos, en una zona que correspondía al extremo norte de la ciudad de Cancún.
Para ese tiempo la tierra para desarrollar viviendas escaseaba de manera que representó un alivio para cientos de familias de bajos ingresos, que podían finalmente hacerse de una propiedad, cuando Cancún era por encima de cualquier otra ciudad, una zona muy cara para vivir, sea rentando o comprando una casa.
Al paso del tiempo, y con la concurrencia de varias crisis, este fraccionamiento quedó prácticamente a la deriva. Banco Obrero fue intervenido en 1994, tras la devaluación inter sexenal denominada “el error de diciembre”, luego declarado en quiebra en 1997 y, hasta donde se sabe, ningún representante debidamente acreditado se acercó a los residentes, compradores y arrendatarios, para ofrecer una solución viable y legal a las cientos de familias que habitan ese conjunto.
El resultado era previsible. Una buena parte de los adquirentes originales dieron en renta sus departamentos; otros simplemente se deslindaron de la zona y los invasores ocuparon las viviendas abandonadas.
Nadie siguió pagándolos porque nadie acreditó la propiedad legal y la herencia del crédito solicitado. Entonces siguió el caos, el abandono y todos sus efectos notorios.
Algunos residentes todavía cuentan con documentos originales de su trámite crediticio para comprar esos departamentos, así como cartas de bufetes jurídicos de dudosa legitimidad, que pretendieron cobrar las deudas a los adquirentes, pero sin contar nunca con el aval necesario para ello.
Ahora el Conjunto Habitacional Los Corales, parece más bien una zona de guerra. Edificios con fachadas y estructuras cascadas, que dan la impresión de que están a punto de colapsar.
De hecho, los cancunenses volvieron la mirada nuevamente a Los Corales, cuando a inicios de esta semana, una parte de la escalera de uno de sus edificios se vino abajo, junto con un adulto y dos menores que se encontraban usando esa estructura.
El edificio fue acordonado y se ordenó una revisión estructural de ese inmueble, para determinar si es posible que sus residentes sigan su vida normal viviendo allí.
Hay que destacar que el presidente municipal, Paul Carrillo de Cáceres, acudió personalmente y comprobó personalmente las condiciones en las que viven esas familias, quizás más de mil, y ofreció el apoyo que pueda brindar desde su jurisdicción y capacidades de atención de su gobierno.
No obstante, el problema parece ser mayúsculo.
La ocasión anterior en la que Los Corales fue noticia, ocurrió hace unos cuatro años, cuando las autoridades municipales declararon que esa área de la ciudad era la más peligrosa de todo el municipio. Se contaron algunos asesinatos, la operación de narco-menudistas y la presencia de lagunas de las pandillas más violentas.
Hoy Los Corales vuelve a prender los focos rojos para las autoridades, pero también para los cancunenses.
Cientos de familias se encuentran en el grave riesgo de perder sus viviendas, cuando eventualmente se demuestre que no sólo ese edificio, el que vio colapsar parte de sus escaleras, es el único en tan malas condiciones.
Un paseo por el lugar permite ver que son decenas de edificios los que se han debilitado estructuralmente a fuerza de la corrosión de sus partes metalicas, tomando en cuenta que se trata de construcciones pre-armadas.
Los Corales urge por una atención especial y amplia en varios frentes; desde el inmediato, que exige ayuda para determinar cuáles edificios son habitables y cuáles no, hasta legal, para devolver a sus habitantes la certeza sobre la propiedad de cada apartamento.
MUJERES PERIODISTAS, EJEMPLO EN UNIDAD
Un grupo de entusiastas y comprometidas mujeres periodistas de Quintana Roo, dio un paso importante en la organización de un frente de unidad, con la intención de elevar la calidad profesional de su desempeño y de aportar ideas y propuestas de avanzada para hacer una aportación al desarrollo del estado en diversas áreas.
Mujeres periodistas de varios municipios del estado, conformaron la Asociación de Periodistas de Quintana Roo, que preside Zuleica Cáceres G. Cantón, y de la cual forman parte un nutrido número de féminas, profesionales de los medios de comunicación.
La labor periodística se ejerce naturalmente en un marco de competencia entre medios de comunicación. Es lo saludable, para que el lector reciba un esfuerzo múltiple que le ayuda a conformar criterios y opiniones sobre la información que elaboran los reporteros.
Sin embargo, esa esencia competitiva no aplica cuando, en alguna circunstancia de riesgo, que también es parte de esta profesión, alguno de sus miembros ve afectada su seguridad, o la de su familia y sus bienes.
En ese momento los representantes de los medios de comunicación ponen a un lado la competencia de su labor, para ofrecer un respaldo solidario con sus colegas.
Esa es la intención de esta interesante iniciativa del sector femenino de los medios. Un mal recurrente entre los profesionales de la información, es que suelen ser remunerados por debajo de sus capacidades y de sus merecimientos. Y en no pocas ocasiones, se encuentran desprotegidos, sin seguridad social. Ese es otro ámbito en el que pretenden incidir estas compañeras, que se merecen una felicitación por su iniciativa.
En el acto de presentación de su asociación, en la que estuvieron acompañadas por el gobernador, Roberto Borge, y el presidente municipal, Paul Carrillo, propusieron también crear el `premio estatal de periodismo Ernestina McDonald´, para rendir merecido homenaje a la periodista `histórica´del estado, la todavía corresponsal de Televisa y quien fuera la iniciadora formal de esta profesión en Cancún. Así que enhorabuena para las colegas periodistas. @Antoniocallejo