El conflicto poselectoral en Solidaridad alcanzó dimensiones que no debían trascender los límites de Quintana Roo, que es únicamente donde se circunscribe -por ahora- el ámbito al que compete el reñido proceso.
Tanto Cristina Torres (PAN-PRD-MC) como Laura Beristain (Morena-PT) reclaman como suyos el triunfo en la Presidencia Municipal, pero si bien con la primera cerraron filas las dirigencias estatales y nacionales de los partidos que la abanderan y la segunda ha recibido una lluvia de “tuits” de actores políticos nacionales de los institutos que representa, lo cierto es que nada será cierto ni válido hasta en tanto la autoridad electoral emita su fallo el próximo domingo.
La disputa poselectoral ha polarizado las opiniones entre los solidarenses, que se han dejado llevar por las declaraciones y acusaciones entre ambos bandos, tomando partido en situaciones que no abonan en nada a la solución de este enredo donde el Ieqroo, y solamente el Ieqroo, es la única instancia reconocida para oficializar el gane de una de ellas.
La diferencia de votos es poca y las dudas son muchas, es cierto, pero lo mejor y más conveniente para todos es esperar que se cumplan los tiempos legales establecidos para conocer el resultado. Los asuntos de Quintana Roo se deben resolver en Quintana Roo y no serán conferencias de prensa ni “tuitazos” los que inclinen la balanza.
Los solidarenses deben tener confianza en las autoridades electorales, así como se la tuvieron todos los demás candidatos participantes en este proceso electoral que no ganaron, pero que recocieron en buena lid el triunfo de sus contrincantes en la contienda para presidencias municipales, senadurías y diputaciones federales.
El Ieqroo demostró estar a la altura del proceso electoral copioso, limpio y democrático que vivimos el pasado domingo en todo el estado. A todos nos consta que así fue y nadie tiene pruebas de lo contrario.
La pasión electoral, la preferencia por un candidato o el deseo de alzar la mano de la victoria en Solidaridad, no pueden ser más fuertes que el ejemplo de legalidad y transparencia que tanto candidatos como las autoridades electorales, nos demostraron.
Esperemos mejor. Es cuestión de horas, para saber la verdad. Y que gane, simplemente, la mejor.