DESTRIPACUENTOS Por Antonio Callejo
- En una estrategia que revela su debilidad, enfoca baterías contra un Carlos Joaquín que se mantiene a raya del proceso electoral
- Adelanta que José Luis Toledo irá por el frente, y se sabe que protegerá a Remberto como candidato plurinominal al Senado; Pepe de la Peña al quite
Cancún, Quintana Roo.- Desde el mismo momento de la derrota de la alianza PRI-Verde a la gubernatura, el líder del Partido Verde y senador por accidente, Jorge Emilio González Martínez, golpeó la mesa en una reunión con los diputados electos de su coalición, para decirles: “Beto Borge ya valió madres, ahora mando yo”.
Acto seguido, fue visto en la sede del Congreso local haciendo una rabieta porque perdió la mayoría en una histórica votación.
Su nuevo acto de aparición en la escena fue la tarde de ayer, cuando envió a sus diputados federales para acusar al gobernador, Carlos Joaquín, de presuntamente tratar de entrometerse en el proceso electoral, lo cual no puede estar más alejado de la verdad.
En los hechos, quien está tratando de maniobrar no sólo en los partidos que le incumben, sino también en los otros (síndrome inequívoco de la tiranía ejercida en el sexenio pasado), es el propio `Niño Verde´, quien desacertó al dar por hecho la candidatura de José Luis `Chanito´ Toledo a la presidencia municipal, por el frente PAN-PRD.
Dicho sea de paso, demostró la debilidad de quien se sabe vencido cuando decidió poner en la mira al gobernador, Carlos Joaquín, como el artífice de una candidatura opositora a su gobierno.
Se entiende que el PRD estará por hacer oficial la candidatura de Toledo Medina en cualquier momento.
Hasta ayer había quedado en firme el acuerdo de que fuera el diputado federal `Chanito´ Toledo el candidato del PRD, para luego ser ratificado por el PAN.
Sin embargo, se debe recordar que en el partido del sol azteca las designaciones de candidatos, sobre todo cuando son designados por el Consejo Nacional, todas las posiciones se someten a una gran bolsa nacional. Hasta que termine la asignación en el último de los estados pendientes se podrá decir que es definitivo.
Emiliano Ramos lo sabe. Conoce el PRD desde su niñez, cuando su padre y gurú Salvador Ramos se hizo perredista para salvarse de la persecución de Mario Villanueva y Alberto Juárez Blancas.
Por eso sigue cabildeando para colarse, si es que puede.
Mientras, aquí el Partido Verde tratará de ajustarse a un escenario que no le favorece claramente.
Es necesario reiterar, sin embargo, que Carlos Joaquín se ha mantenido de forma muy evidente fuera del proceso electoral. No ha alentado candidatos, menos impuesto.
Los políticos más allegados que saltaron al ruedo por una candidatura son Juan Vergara, quien fue descarrilado por el SAT en una maniobra muy dudosa; Miguel Ramón, que apenas alcanzó el arropo de Movimiento Ciudadano y Jorge Portilla, quien se ganó la candidatura a la presidencia municipal de Tulum, no de ahora.
Los partidos PAN y PRD, que le prestaron las siglas a Carlos Joaquín para llegar por un esfuerzo prácticamente unipersonal, se repartieron las candidaturas a gusto. Sin considerar al mandatario como hubiera ocurrido con las reglas priístas.
Luego entonces, este inicio de hostilidades de Juan Emilio en contra de Carlos Joaquín, son la mejor evidencia de que es el `Niño Verde´ quien aspira a convertirse en el nuevo `ajedrecista´, quitando, poniendo y vetando, tal y como lo hizo en su momento Roberto Borge.
La federación, zanja injusta distancia de Quintana Roo
El gobierno federal se está guardando información vital y no la está compartiendo con el gobierno del estado. Hay varios acontecimientos que indican que la federación, quizás no por una instrucción desde Los Pinos, pero sí por una inercia que debería cambiar su curso, no mantiene la coordinación que tanto exigen los ciudadanos, cuando votan por partidos diferentes para los tres órdenes de gobierno.
El gobierno federal tiene su orígenes partidistas en el PRI, lo sabemos; el municipal proviene de la alianza PRI-Partido Verde, mientras que el gobierno del estado no tiene una definición partidista por decisión del propio gobernador, Carlos Joaquín González, quien prefirió abstenerse de asumir algún color partidista, luego de su triunfo casi unipersonal, pero arropado con las banderas del PAN y PRD.
En una normalidad democrática no deberían contar los colores a la hora de convertirse en gobierno. Vimos a Peña Nieto colocarse la banda presidencial, y protestar al cargo, con el consabido discurso de un gobierno para todos.
Sin embargo, al menos en Quintana Roo, esa promesa es tan solo eso.
Era realmente innecesario que Jorge Emilio enfilara su artillería contra el gobernador. Además, tocó el tema de la inseguridad, que es de responsabilidad compartida por los tres órdenes de gobierno, donde este último ha guardado una insana distancia en temas de inteligencia y con una PGR más que complaciente y omisa.
Baste mencionar el tema del estallido en una nave de Barcos Caribe, enteramente responsabilidad federal y donde los avances se limitan a revelar quién no fue el culpable (ni terrorismo ni crimen organizado); pero falta saber quién sí fue, porque de eso depende en mucho la actividad turística.
Remberto Estrada al Senado; Pepe de la Peña a la elección
Trascendió, en medio de este culebrón, que el Partido Verde decidió que la mejor opción para proteger a Remberto Estrada Barba, uno de sus cuadros nacionales, será enviarlo como senador por la vía plurinominal.
De tal modo que la alianza PRI-Verde está obligada a presentar candidato para relevar a Remberto Estrada al segundo periodo para el que tenía derecho en la reelección.
Todo indica que será José de la Peña, del verde-ecologista, quien sea postulado a la presidencia municipal más codiciada de Quintana Roo. @AntonioCallejo