El día de ayer los cancunenses vivimos una experiencia inédita en la ciudad, ante nuestro profundo asombro escuchamos, vimos y sentimos nuestra seguridad vulnerada. Gracias a las redes sociales todos nos informamos y desinformamos de manera inmediata, recibimos los vídeos, audios y textos de distintos contactos una y otra vez. Fuimos participes de opinar en nuestros perfiles y en los ajenos, mostrando nuestro miedo, nuestro enojo y nuestra fe.
A pesar de las circunstancias hubo muchas personas que difundieron mensajes proponiendo la mesura, el cuidado de la imagen de nuestro destino turístico y evitar propagar rumores. Muchas otras hicieron cadenas de oración, meditación y envío de energía cuántica.
“Yo amo Cancún” también se convirtió en tendencia. Esta situación fue oportunidad para enseñarnos una vez más que a pesar de nuestro origen de otro estado o de otro país, hemos hecho de Cancún nuestro hogar. Tal vez en un principio teníamos nostalgia de nuestro lugar de origen, tal vez nos quejábamos del calor o los huracanes pero hoy nada de eso importa, valoramos la seguridad que corresponde a este lugar y la defendemos.
[smartads]
Hoy es nuestra tarea exigir que las autoridades hagan su trabajo pero también exigirnos a nosotros hacer el nuestro: si consumes, aceptas o fomentas el uso de alguna droga piensa que fue trasladada con armas y sangre para que llegara a ti.
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Amar a Cancún es amar a sus habitantes: respeta, acepta al distinto, colabora, rie, quéjate menos y propón más.
Amar a Cancún es amar el entorno: recicla, reutiliza, separa la basura, cuida el agua.
Amar a Cancún es amarte a ti, nútrete, sánate, cuídate y perdónate.
Hoy que el amor sea el antídoto al miedo. “Yo amo Cancún” ¿y tu?
Coach Vanessa Padmir