Desarrollos Hidráulicos de Cancún, Aguakan, reporta coberturas del 100%, pero el INEGI, por lo menos en Cancún, afirma que casi 25 mil personas no tienen agua potable y alcantarillado.
“DHC Aguakan dice que atiende todo el municipio, pero casi 25 mil personas no tienen acceso a la red de agua potable, peor aún más de 155 mil carecen de conexión a la red de alcantarillado, la mayoría de esta población vive en asentamientos irregulares” reza la introducción de un video colgado en Youtube.
El material audiovisual “EL AGUA ES EL MEJOR NEGOCIO DEL SIGLO”, acreditado a Esquivel Cruz, luchador social y representante de la AC “Agua para Todos” exhibe cómo Desarrollos Hidráulicos de Cancún, Aguakan, tejió una red de corrupción para acaparar el servicio de agua potable y alcantarillado.
El video afirma que dos de cada 10 cancunenses no tienen acceso al agua potable y alcantarillado y DHC Aguakan oculta este rezago.
Enredar todo, la clave del éxito
En el año 1993 se otorgó la concesión del agua y alcantarillado de Cancún a Desarrollos Hidráulicos de Cancún; en 2013 GBM adquiere las acciones que eran propiedad de Bal Ondeo S. de R.L. de C.V. y opera actividades a través de GBM Infraestructura, que es una subsidiaria de GBM dedicada a administrar un fondo de inversión de capital privado enfocado en infraestructura.
El principal instrumento que maneja este fondo son los ‘CKD’, que son certificados de capital de desarrollo, un certificado bursátil que ampara inversiones a largo plazo; la ventaja de un CKD es que al ser inversión productiva -a diferencia de un instrumento de deuda- otorga mayores rendimientos a un nivel de riesgo relativamente bajo.
Este instrumento se emplea para financiar proyectos que requieren una considerable inversión inicial, pero el periodo de retorno para los inversionistas es largo -como el desarrollo de infraestructura-, y los proyectos a financiar deben cumplir con una serie de requisitos para asegurar el éxito del prospecto de inversión.
Por ejemplo esta herramienta ‘exige’ que un producto o volumen de consumo no se vea afectado por variaciones en el precio y tiene un nivel limitado de competencia, caso de DHC que se trata de una concesión sobre el servicio público de agua potable, alcantarillado y saneamiento.
En esta forma de operar debe haber un mercado cautivo -porque es inevitable consumir agua-, lo que implica un monopolio de servicio que impone barreras a la entrada de competidores, pero sobre todo implica un periodo de tiempo largo para la recuperación de la inversión, por ello DHC Aguakan justificó emitir una serie de certificados bursátiles en 2014 para pagar una contraprestación única al gobierno del Estado, encabezado en ese entonces por Roberto Borge.
Para alcanzar el objetivo de extender su cobertura geográfica y el plazo de la concesión, DHC Aguakan habría levantado recursos bursátiles para pagar un soborno institucional y comprar la ampliación de la concesión que terminaba en 2023.
La nueva concesión incluiría ahora a Playa del Carmen, un mercado en rápida expansión y lo logró, GBM obtuvo una ampliación en la concesión, así como la extensión a otros municipios y la estructuración de un apalancamiento del activo, todo esto con un efecto perverso sobre la cobertura real de los servicios concesionados.
La estrategia incluye que para que el proyecto de inversión resulte viable, la operadora debe tener una eficiencia en la cobranza, por eso integrar a colonias irregulares de Cancún le impactaría en la calificación de la inversión, esto debido al riesgo de incumplimiento de pago por parte de la población de las zonas irregulares; de esta manera casi todos los involucrados ganan, excepto los quintanarroenses.
Fuente: La Verdad