Se compra la casa para reconstruirla y luego venderla más caro.
Cancún cuenta con una oferta de ocho mil viviendas que pueden reciclarse, en una dinámica que ya se está dando y consiste en comprar una casa para reconstruirla, después revenderla, pero con un valor comercial que aumenta 100%.
El reciclar las viviendas abandonadas tiene ejemplos exitosos como la avenida Bonampak o en las regiones 200 que fueron adquiridas por inversionistas que, de un piso construyeron tres y dieron una mejor imagen, logrando que el valor aumentara al doble, detalló James Tobin Cunningham, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), en Cancún.
“Esto tiene ciertas ventajas, la zona adquiere plusvalía y ayudan a atender el crecimiento poblacional y un ordenamiento de la ciudad”, mencionó.
La ventaja de estas nuevas construcciones es que las inversiones son mínimas, ya que las zonas ya cuentan con las conexiones de los servicios públicos a diferencia de los desarrollos que están alejados y no tienen nada instalado.
“Requieren mayores inversiones y necesitan más impuestos para dotar de servicios los lugares lejanos, y esto a nadie le conviene”, explicó sobre los nuevos desarrollos.
En la zona hotelera hay una serie de edificios que están abandonados y lo que buscan es que la AMPI tenga facultad para colaborar con las autoridades y dueños de los lugares con la intención de mejorar la imagen.
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Pocos espacios
Es necesario que los pocos espacios que quedan en Cancún se utilicen de manera inteligente, para ello deben hacer un planteamiento para que diferentes zonas sean reactivadas.
Una de las zonas que no han logrado detonarse es la avenida Tulum, y esto se debe a que los inversionistas no ven una movilidad ahí, pese a que hay planes ambiciosos.
“El tema de percepción no ayuda, pues los turistas no ven la zona como un lugar para pasear, ya que para ellos la zona hotelera es Cancún y mientras esto no cambie no habrá inversiones ahí”, agregó Tobin Cunningham.
Una de las problemáticas con las viviendas abandonadas es que están hipotecadas y para recuperarlas se tarda hasta cinco años, lo que ha detenido y mantiene en abandono algunas zonas que detonarían un crecimiento ordenado.
Fuente: Sipse