Un estudio de 2013 realizado por la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), reveló que las personas de la tercera edad en México viven con carencias y el 41% aún trabaja y mantiene a familiares.
En un panorama ideal, el retiro debe ser un periodo de descanso después de una vida de trabajo, pero para quienes no están familiarizados con los conceptos de ahorro e inversión, vivir una vejez sin trabajar no es más que un escenario soñado.
“La clave es incluir la planeación del retiro y el ahorro en tu presupuesto mensual, considerándolo una prioridad y adoptándolo como un estilo de vida. El primero paso es acercarse a un asesor que pueda escuchar tus necesidades y transformarlas en metas logradas,” detalló en un comunicado Jaime Domínguez, Director General de Resuelve tu Futuro.
La firma, especializada en el diseño de planes de ahorro-inversión a la medida, realizó un cálculo de la cantidad mensual que una persona, de acuerdo con su edad, debe ahorrar para vivir un retiro de 15 años (de los 65 a los 80), gozando de un ingreso mensual de 20 mil pesos:
Como ves, entre más pronto te decidas a ahorrar para la vejez, tendrás que esforzarte menos. ¿Por dónde empezar entonces? La firma te recomienda seguir los siguientes pasos:
- Calcula cuánto puedes ahorrar: Es recomendable apartar el 10% de tu sueldo mensual y etiquetar esos ahorros, definiendo qué porcentaje le dedicarás a cada objetivo. De esta forma, podrás proyectar tu presupuesto con tiempos claros y evitarás gastar tus ahorros en imprevistos. Asegúrate de que uno de estos objetivos sea el disfrutar de tu retiro.
- Haz crecer tu dinero: Contempla ahorros adicionales destinados a tu retiro y asegúrate de que tu dinero trabaje por ti. Busca un instrumento de ahorro-inversión lo suficientemente flexible para que se ajuste a tus objetivos. Si tu meta es el retiro, puedes escoger un plan a largo plazo que complemente a tu Afore.
- Renueva tu plan: Así como los mercados internacionales son cambiantes, también lo es tu estilo de vida. Con el tiempo llegarán hijos, metas u oportunidades laborales que modificarán tu capacidad de ahorro. Realiza un ajuste que se adapte a tus nuevas necesidades, esto puede suceder cada tres a cinco años, o en el plazo que consideres necesario.