La guerra es una extensión de la política…
La sociedad ha intentado lograr constituir un bienestar estable y duradero; sin embargo, en cada una de las etapas históricas que conocemos dicho estado no ha podido ser extendido en amplios márgenes temporales y geográficos, por el contrario, sólo se ha establecido de manera provisional y en espacios muy concretos a pesar del sufrimiento de sus habitantes; así, ese estado de bienestar llamado paz, ha sido posible sólo cuando en otras latitudes del planeta se mantiene la guerra o la explotación de una parte de la población.
El 13 de abril de 2018, una coalición entre Estados Unidos, Francia y Reino Unido, provocó un bombardeo en la capital de Siria, Damasco, en busca de establecer un mensaje directo en respuesta al posible ataque con armas químicas por parte del régimen de Bashar al Assad el pasado 7 de abril; un acto violento que se responde con otro acto violento radical y directo, extendiendo en el tiempo la crueldad que se ha perpetuado sobre una población que ha sufrido del desplazamiento, los constantes bombardeos, el terrorismo y todo ello ante los ojos de la llamada comunidad internacional, que no ha logrado actuar de forma equilibrada ante la desazón que siente la población.
Como se ha dicho antes, la búsqueda constante de la paz no ha sido una tarea internacional, de hecho, se ha establecido como un intento restringido por constituir dicha estabilidad; la paz no es un bien humano superior y total, la paz es un mero estado temporal de tranquilidad social en que una cierta parte de la población obtiene las satisfacciones, mientras otra, la menos afortunada, sufre los embates de presiones económicas y políticas; bien se puede ubicar tal idea en el planteamiento del sistema mundo en el que ciertos postmarxistas expresan una diferenciación de las relaciones políticas, económicas y militares entre los Estados a partir de dos ubicaciones en un plano de influencia, centro y periferia.
Ahora bien, comprender esta situación a partir de dicho modelo facilita un poco el manejo de la situación que vive, por ejemplo, un país como Siria, ubicado en la periferia del sistema en influencia política, económica y militar, pero que es escenario de una de las conflagraciones más largas de la Historia, a partir de una lucha de poderes internos que han escalado lentamente hacia un interés político, mediático y militar internacional. Durante la votación del consejo de seguridad organizado el 14 de abril, se lograron observar dos bloques definidos, por un lado, se encuentra Rusia y China, como potencias líderes y aliados del régimen de Bashar al Assad, y por otro, Francia, Estados Unidos y Reino Unido; cabe resaltar que todos estos países pertenecen al centro del poder mundial, como víctima se encuentra Siria, quien funge como el escenario de un conflicto que se salió de las manos de un régimen inviable.
Aún conociendo los datos que nos ofrece el análisis geopolítico de la situación, muchos se preguntarán, ¿puede el conflicto en Siria desbordar en una guerra mayor?, ¿existe alguna solución?, ¿es sólo un problema sirio o mundial? Pues bien, responder todas estas cuestiones se convertiría en la construcción de toda una serie de suposiciones; de hecho, gran parte de los medios que buscan dar respuesta a ello con analistas no parten de la posición de la existencia de una política real, que modifica o mantiene acuerdos diplomáticos entre las naciones, aún con esto a continuación se intentará dar una perspectiva a dichas preguntas.
Sin embargo, en el estado actual de la política internacional la salida requeriría que los países con profundos conflictos se pongan de acuerdo; Estados Unidos, Rusia, China, Turquía, Iraq y Siria, principalmente, y otros tantos con intereses indirectos; pero a fin de cuentas, sentar a todos en una mesa de diálogo para otorgar la posibilidad de una paz —abstracta como se explicó antes—, sería una idealización de la política y no un ejercicio de realismo. Los enfrentamientos entre estas naciones desbordan la situación siria: Estados Unidos sufre por los altos aranceles de China, al mismo tiempo que bloquea las relaciones entre Rusia; Estados Unidos y Reino Unido se encuentran en uno de sus niveles más tensos desde la Guerra Fría a causa del atentado ocurrido en Londres; por otro lado, Turquía necesita mantener al margen las fuerzas opositoras dentro del proceso de reducción de la democracia que se genera y para ello necesita conflictos externos, como el de la frontera con Siria; por su parte, Iraq no ha logrado constituir un Estado desde la guerra en 2003 e intenta defender su débil institucionalidad combatiendo con DAESH.
En definitiva, la solución al conflicto sirio requeriría dejar de lado toda una historia de rencillas políticas, étnicas y religiosas del pasado para sentarse en una mesa y dejar en paz al pueblo sirio, que es el que sufre diariamente las consecuencias; así, aquello que se denomina «voluntad política» es la única salida posible al enfrentamiento.
Por último, ¿es un problema sirio o es un problema mundial? Tal como se ha mostrado en el contexto antes mencionado, el conflicto tiene un territorio como escenario; sin embargo, éste ya no es lo que en realidad importa en la conflagración, sino la serie de movimientos diplomáticos que haga uno u otro bando para defender su posición al respecto, tal como expresaba el representante de Etiopía en el consejo de seguridad; «aún cuando el veto al ataque se realice, no deja de ser simbólico; las bombas seguirán cayendo», y así, una vez más, se demuestra que la diplomacia sólo es una extensión aparente de la política, pero su realidad se encuentra en la guerra.
El panorama aún es desalentador para el pueblo sirio, queramos o no, el mundo continuará manejando estas dinámicas de poder mientras el resto observa por la televisión las luces que iluminan el cielo de territorios lejanos. La única posibilidad que se tiene de detener el conflicto es a través de un empoderamiento democrático de una población consciente de las necesidades mundiales; sin embargo, esto reduciría la comodidad de ciertas naciones que dependen de las guerras y la explotación que se ejecuta en otras latitudes del planeta. Cabe resaltar que los datos antes mencionados de la guerra fueron publicados en marzo de 2017, hoy pueden ser mucho peores.
FUENTE: CULTURA COLECTIVA