Lo peor de vivir la Navidad sin pareja son las cábalas que uno emprende contra sí mismo: «Me prometí encontrar el amor y aquí estoy otra vez, sin alianza y sin compromiso a la vista». «Todo el mundo parece tan feliz». «¿Cómo diablos lo harán los demás, con lo difícil que es encontrar a alguien que valga la pena?» «Si es que el mercado está fatal…»
Debería ser solo una época más del año, pero el goteo incesante de mensajes de felicidad, amor, armonía en la pareja… atiza esa sensación de desamparo, casi de exclusión, según la psicóloga y coach de parejas Montserrat Ribot, autora de ‘Amor de verdad’. Luego llegan las uvas. Y de nuevo, la retahíla de propósitos. Por cada campanada, uno: «Me querré más, me querrán, no amaré a quien no me ame… Y así hasta que el consabido brindis nos lleva directos a cualquiera de los portales de búsqueda de pareja.
No es momento de dramatizar. Al menos ahí, uno no está solo. El número de altas en este tipo de webs se triplica en estas fechas y la actividad es galopante. ¿Será que nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena? «Desear una pareja es legítimo, usual y natural en cualquier época del año, pero buscar con desesperación o ansiedad no es bueno porque puede sumar aún más dolor», indica Ribot.
En estas páginas hay tantos usuarios como necesidades. «Unos quieren un encuentro casual, otros una relación sin compromiso, otros algo más estable… Tenemos por delante un buen trabajo de cribado para ajustarnos a lo que realmente deseamos». Lo que parece claro es que la búsqueda activa del amor por este medio va a ser mucho más efectiva que las lamentaciones de fin de año, alzar la copa con ropa interior roja o cualquier otro ritual con el que pretendamos atraer energía al corazón.
La primera reflexión que habrá que hacer, según la psicóloga, es qué tipo de soledad nos carcome en Navidad. «Muchas veces es simplemente una soledad física que te hace sentir impar en lugares donde el resto está emparejado». Y si el resto del año uno se siente satisfecho de su condición de soltero, ¿por qué venirse abajo en estas fiestas y pisar nuestras propias convicciones?
La otra soledad, la emocional, es más dolorosa. «Se sufre y se siente el amor como una necesidad urgente y vital». De acuerdo con Ribot, si uno interpreta su soledad como fracaso o con una sensación de rechazo, las posibilidades de malograr la búsqueda de pareja son altas.
Puede ser buen momento de dar con el amor si tenemos una actitud abierta, positiva y receptiva, si estamos dispuestos a actuar de forma proactiva para conocer gente diferente, sabiendo que no todas las personas que dicen buscar pareja están realmente abiertas al amor. Ahora bien, ¿tú lo estás? Pues entonces tendrás que recuperar el arte del cortejo, seducir a esa persona que te gusta y evitar estos tres peligros de los que nos advierte Ribot:
- Riesgo de dejar que la ansiedad rezume por cada uno de nuestros poros. Cuando alguien se muestra muy necesitado o con miedo al abandono le lleva a pegarse como una lapa y los demás perciben esa vulnerabilidad. Antes de nada, habráque trabajar los problemas de autoestima, superar anteriores rupturas y encontrarse emocionalmente estable. Es el modo de atraer a la persona adecuada hacia uno mismo.
- Riesgo de precipitarse y amontonar más fracasos. El filtrado de perfiles requiere serenidad y prudencia. Sin prisa, pero sin pausa. El éxito de una relación amorosa empieza con una buena elección. Revisar qué tipo de personas queremos encontrar y qué relación deseamos mantener. Nos dejaremos de mitos románticos y criterios superficiales, y pensaremos quién sería realmente compatible en valores, modo de vida, estilo afectivo, grado de compromiso y sexualidad. Una vez que iniciamos la búsqueda, tan malo es estancarse en perfiles que sabemos que no cumplen estas expectativas como prolongar la relación virtual cuando alguien nos gusta. Si hay afinidad y atracción digital, lo mejor es conocerse rápido y confirmar si, además de pasión, puede haber amistad, respeto, confianza, reciprocidad y compromiso.
- Riesgo de sabotearnos a nosotros mismos y de obstruir una historia romántica. Amar tiene un riesgo, pero no podemos permitir que nuestra incredulidad nos lleve a arruinar el encuentro con alguien que, por qué no, por fin puede encajar en nuestras expectativas. Si esto ha ocurrido ya, tendremos que ver cuáles son esas creencias limitadoras, resentimientos o emociones negativas que nos llevan a boicotear cualquier oportunidad. Y eliminarlos de nuestra vida para no seguir repitiendo una y otra vez los mismos errores. Las personas con miedo a ser heridas evitan la intimidad y tienden a fijar el foco de atención en lo negativo, volviéndose ciegas a sus cualidades y virtudes.
El último consejo de la autora de ‘Amor de verdad’ es buscar con paciencia y mucha cautela. Si merece la pena, darás la mejor versión de ti. «En lugar de someter a tus pretendientes a un despiadado escáner, comprobarás con sutileza y respeto si se ajusta a lo que realmente quieres. Definitivamente, olvidarás los cuentos de sapos, ranas y princesas. Puede que el amor no cuaje a la primera, pero sí sabrás que habrá merecido la pena inscribirse en el portal».