La capacidad sanadora de una hoja en blanco es innegables. Los beneficios de la escritura son muchos, especialmente para las personas ansiosas.
En mi trabajo con adolescentes, tras la primera visita solía proponerles una tarea: para la siguiente consulta si querían podían traerme un escrito sobre su vida. La extensión era libre, les decía: desde medio folio hasta un cuaderno, como ellos quisieran. Lo importante era que me hablaran de si mismos y de sus sentimientos. Así yo podría conocerlos un poco mejor y más rápidamente, lo que me facilitaría el poderles ayudar.
Lo más interesante era que, incluso muchos de los que acogían la propuesta con franco fastidio, regresaban a la siguiente consulta trayéndome algo escrito, casi siempre varios folios o incluso un cuaderno, acompañados de un título rotulado en colores: “Mi vida”. Solo con verlo yo ya sabía que la terapia iría por buen camino.
Siempre me ha fascinado el poder terapéutico que tiene sentarse delante de una hoja en blanco y volcar lo que sentimos y pensamos. Yo misma he pasado largas horas de mi vida escribiendo cartas kilométricas o diarios inacabables que aún conservo apilados en cajas. Escribir para mí siempre ha sido un placer y una terapia y por eso mismo lo he utilizado ampliamente con mis pacientes.
AUTOCONOCIMIENTO
James W. Pennebaker fue uno de los pioneros en investigar los beneficios de la escritura como terapia, lo que se conoce como “terapia expresiva”: escribir lo que sentimos, expresarlo libremente y con máximo detalle.
En un experimento clásico realizado en los años ochenta comprobó como simplemente pidiendo a un grupo voluntarios que durante cuatro días escribieran en detalle sobre sus sentimientos respecto los eventos más traumáticos o dolorosos de su vida se producía un beneficio importante sobre su salud. Tanto que los meses siguientes visitaban mucho menos al médico que el otro grupo de participantes en el estudio a los que se pedía que esos mismos cuatro días escribieran sobre temas anodinos.
El experimento dio pie a investigar y desarrollar en profundidad la terapia narrativamediante la escritura como técnica válida para sanar la enorme carga emocional que se reprime cuando hay un trauma.
Así se sabe que escribir sobre lo que uno siente, sea en forma de diario, cartas, o listas sirve para sanar. Lo novedoso es que un estudio ahora ha demostrado que no sólo permite abordar el pasado, también sirve para afrontar el futuro con menos preocupaciones.
ESCRITURA CURATIVA
Hans Schroder y James Moser han mostrado como las personas más ansiosas, esas que se preocupan de manera crónica, cuando escriben todos sus miedos de un tirón antes de realizar una tarea rinden muchísimo mejor. De alguna manera volcar los miedos de forma anticipada propicia una liberación a la mente que hace que pueda afrontar las siguientes tareas o trabajos con bastante más eficacia.
Escribir los miedos para despedirse de ellos, o al menos, dedicarles un poco de atención para que en vez de miedos con mayúsculas de los que te bloquean se conviertan en mieditos de andar por casa…
Fuente: cuerpomente.com