Aunque a veces no obtengamos lo que queremos y deseamos, podemos aprender a ser felices con lo que tenemos. Este cambio de enfoque recibe el nombre de felicidad sintética, ahí donde cada uno de nosotros tenemos una libertad absoluta, que más allá de lo que nos viene dado.
¿Qué pasa cuando la vida no te ofrece lo que tú deseabas? ¿Qué haces cuando el destino en lugar de un triunfo te trae una decepción? Lo que muchos acabamos haciendo es reorientar nuestro camino con lo que tenemos para forjarnos poco a poco un bienestar a nuestra medida; uno más realista, pero igualmente satisfactorio. A esto, lo llamamos «felicidad sintética».
Decía Gandhi que la felicidad es cuando lo que dices, lo que sientes y lo que haces está en armonía. Esta es precisamente la idea que se desprende de las nuevas corrientes actuales de la psicología positiva.
Así, uno de los gurús más renombrados en este campo a día de hoy es, sin duda, Dan Gilbert, profesor de psicología de la Universidad de Harvard. Para él, la auténtica satisfacción no está en obtener siempre lo que deseamos.
Es más, si hay algo que la mayoría sabemos es que, en ocasiones, por mucho que nos esforcemos en algo, esa meta nunca llega a acontecer. Asumirlo es sin duda un buen primer paso. El segundo, es entender la diferencia entre felicidad natural y la sintética y entonces, trabajar en esta última.
«La esperanza es el sueño del hombre despierto».
-Aristóteles-
Felicidad sintética: cómo aprender a crear (sintetizar) tu propio bienestar
¿Puede el ser humano crear su propia felicidad? Muchos podrían decir que sí, pero… ¿cómo hacerlo cuando se acumulan fracasos, decepciones y muchos de los esfuerzos invertidos no han dado resultado?
En medio de este contexto, la sola palabra «felicidad» resulta en ocasiones molesta: es eso que los más afortunados alcanzan cuando logran escalar a la cima donde todo está a su favor: trabajo, amor, salud, realización personal..
Casi sin saber cómo, hay quien se acostumbra a un mal sucedáneo de la felicidad, ese que sabe a conformismo y donde diluirnos en el malestar, la frustración e incluso la indefensión aprendida, ahí donde asumir que por mucho que hagamos, nada cambiará. No es lo adecuado.
Evidentemente, nadie merece una realidad con semejante perspectiva y por ello, voces como la del profesor Daniel Gilbert nos proponen asumir otro interesante enfoque.
La diferencia entre la felicidad natural y la felicidad sintética
Un primer paso para trabajar en nuestro bienestar es conocer la diferencia entre estos dos conceptos: felicidad natural y felicidad sintética. La primera es cuando uno logra aquello que desea. Bien porque la vida declina a su favor o bien porque uno ha trabajado por ese fin y las cosas han ido siempre a su favor.
La segunda dimensión, la que hace referencia al concepto «sintético», sucede cuando la persona logra fabricar su propia felicidad cuando no logra tener lo que se quiere. Este último aspecto, es un impulso para nuestro bienestar psicológico, pero… ¿cómo dar forma a la felicidad sintética?
La felicidad no está en obtener lo que quieres, sino en ser feliz con lo que tienes
Admitámoslo, nos lo han dicho muchas veces: hay que ser feliz con lo que se tiene. No obstante, nuestra mente está llena de anhelos y siempre estamos ansiando nuevas cosas, nuevas metas. Que esto sea así es adecuado, al fin y al cabo el ser humano es el resultado de su propio avance y desear más de lo que tenemos es algo casi genético.
Ahora bien, desear cosas no es ni mucho menos algo negativo. Lo problemático es que nos cuesta mucho aceptar que a veces el curso de los acontecimientos no «conspira» a nuestro favor. Es entonces cuando aparece el bloqueo y la mente que se centra en la carencia, en lo que no ha logrado o en lo que se ha dejado atrás.
La felicidad sintética nos anima a desactivar ese enfoque mental auspiciado por unas emociones que intensifican el sufrimiento, el miedo, el negativismo. En lugar de obsesionarnos en los factores externos (lo que no tenemos), hay que centrarnos en los factores internos, en trabajar nuestro equilibrio emocional, en activar defensas psicológicas para movilizar la confianza y el optimismo.
No importa lo que pase, lo ideal es hallar un modo de estar bien contigo mismo
Un despido, el suspenso en esa oposición en la que llevas años estudiando, una ruptura afectiva… Hay veces que el destino no solo no nos da lo que deseábamos, sino que además nos quita incluso lo que ya teníamos. En este tipo de circunstancias es más importante que nunca crear nuestra felicidad sintética; es decir, dar forma a un bienestar que no dependa de lo que nos llegue, sino de lo que elaboremos nosotros mismos.
Los componentes de ese bienestar sintético deberían ser los siguientes:
- Desarrollar una adecuada inteligencia emocional. Tal y como nos explica un estudio llevado a cabo por la doctora Dorota Szczygie, de la Universidad de Polonia, algo tan importante como saber entender y manejar nuestras emociones, nos ayudaría sin duda a ganar en bienestar.
- Ajustar nuestras expectativas. Podemos sin duda ponernos metas, tantas como creamos convenientes, pero eso sí, deben estar sintonizadas con nuestras realidades personales.
- Cuidar nuestro estilo de pensamiento. Un enfoque negativo y derrotista nos encapsula en el sufrimiento.
- Capacidad de reacción. Ante cada revés, ante cada desajuste hay que reaccionar y no quedarnos quietos o estancados. La proactividad siempre va de la mano de la felicidad.
La clave está en navegar por la vida con felicidad natural y la sintética
A lo largo de nuestro ciclo vital, la llamada felicidad natural hará acto de presencia por sí misma más de una vez. Serán esas veces en que las cosas nos salgan a la primera, esas donde lo que uno desea sucede ocurre y donde la suerte nos sonría solo porque sí. Ahora bien, el 80% del tiempo las personas estamos obligadas a diseñar nuestra la felicidad sintética.
Aprender a disfrutar de lo que tenemos, aceptar lo que somos, ser humildes y construir una vida significativa es lo más acertado y a la larga, lo más gratificante. Entrenar este enfoque requiere tiempo pero podemos conseguirlo.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com