A más de dos siglos de distancia, la región que fue la cuna de la independencia de México del gobierno español sigue manteniendo el atractivo que la historia de la dado y que hoy en día resulta un atractivo sin igual para los visitantes que desde Querétaro y hasta Dolores Hidalgo pueden encontrar el camino de nuestra historia, mezclado con los placeres y el gozo del presente en una región que crece y se desarrolla a pasos agigantados como una de las más prósperas del país.
Para aprovechar este legado histórico y dar a conocer la oferta turística alrededor, fue creada La Ruta de la Independencia, un recorrido que permite a los visitantes tener un mayor acercamiento a la historia y monumentos que albergaron estos acontecimientos.
La Ruta de Independencia recorre las ciudades que tuvieron especial protagonismo dentro del movimiento de independencia
Querétaro: donde surge todo
Como se sabe, fue en esta ciudad donde comenzó la conspiración en contra del gobierno virreinal. Ubicada apenas a un par de horas de la Ciudad de México, esta ciudad conserva una impresionante arquitectura colonial impresionante y un Centro Histórico que es considerado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Allí, además de poder tener un tour de los lugares donde Josefa Ortiz de Domínguez lideró la conspiración previa al estallido de la guerra por la independencia de México, podrás hacer alguna excursión a poblados cercanos como Bernal, Ezequiel Montes o Tequisquiapan que hoy en día son de las zonas vinícolas más importantes del país donde también se puede hacer la tradicional Ruta del Queso y el Vino.
Para comer, Querétaro tiene suculentos platillos tradicionales como las gorditas del mercado de la Cruz o las enchiladas queretanas que casi cualquier restaurante, sin importar cuantas estrellas tenga, tiene en el menú.
Guanajuato y Dolores, Hidalgo
Si tu plan es pasar la noche del 15 de septiembre en Dolores Hidalgo, lugar donde Miguel Hidalgo levantó el estandarte de la Virgen de Guadalupe y dio el llamado Grito de Independencia, puedes pasar primero a la hermosa ciudad de Guanajuato, la capital del estado. Allí puedes comenzar tu recorrido visitando el Centro Histórico, las tradicionales escalinatas de la universidad y por supuesto el Callejón del Beso. Muy cerca se encuentran el Mercado Hidalgo y el Teatro Juárez. Si tu estómago es fuerte, no te pierdas la experiencia de comer una Guacamaya en uno de los puestos callejeros tradicionales.
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Se trata de una especie de torta donde el bolillo es rellenado con chicharrón y verdura preparada al estilo pico de gallo. Un reto para el sistema digestivo pero sin duda, lo mejor de la comida callejera de esta ciudad. Imposible perderte el Museo de la Alhóndiga, uno de los sitios históricos de mayor importancia, así como el ya tradicional museo del Pípila, pues desde su mirador podrás admirar toda la ciudad.
Aunque aquí la oferta hotelera es impresionante y encuentras hoteles para todos los bolsillos, te recomendamos seguir hacia Dolores Hidalgo para que allí puedas llegar a pasar la tradicional noche mexicana, en su zócalo.
Esta ciudad fue fundada en el año de 1610 y fue allí donde se desarrolló uno de los acontecimientos más importantes de la historia de México: El grito de independencia, la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Esta ciudad colonial te impactará con su arquitectura. La recomendación obligada es la Parroquia de Nuestra Sra. De los Dolores, ubicada en el corazón del lugar. También la Casa de las Visitas, lugar donde se hospeda el Presidente de la República cuando encabeza la celebración del Grito de Independencia en Dolores. El Museo de la Independencia y el Museo Casa Hidalgo, dos puntos que te ayudarán a comprender mejor la figura y pensamiento del «Padre de la patria».
Para hospedarse, una de las mejores opciones es la Hacienda Las Trancas, cuya construcción original tiene más de 450 años. Allí se han adaptado 11 suites exclusivas y además centa con spa, caballeriza y hasta un viñedo. Toma tus precauciones porque en estas fechas suele ser difícil conseguir una habitación aquí.
San Miguel de Allende
En definitiva, una de las ciudades más bellas de México y que ofrece un gran número de monumentos coloniales que encantan a cualquiera. Dentro de ellos destacan la Capilla de la Santa Cruz, la Casa del Mayorazgo, La Casa de Ignacio Allende (que hoy funge como un museo), el Instituto Allende, el Museo de las Máscaras y, por supuesto, la Parroquia de San Miguel Arcángel. Las opciones gastronómicas y hoteleras en esta ciudad crecen cada día, así que sin problema encontrarás aquí desde los hostales más sencillos hasta los hoteles boutiques más exclusivos, así como propuestas de alta cocina internacional, mezcladas con pequeños lugares de comida tradicional del bajío.
Fuente: La unión