La familia puede ser un tesoro o una gran carga. ¿La revisamos? El árbol es un sistema de repetición de acontecimientos del pasado que nos tira hacia atrás.
Alejandro Jodorowsky es actor, director de teatro y cine, estudioso del tarot y creador de la psicogenealogía y la psicomagia, una técnica que aúna el psicoanálisis, el teatro y el chamanismo para conseguir la sanación espiritual.
Marianne Costa es licenciada en literatura y actriz. Son autores de La vía del tarot y Metagenealogía (Siruela).
Familia ¿tesoro o trampa?
Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa nos proponen tomar conciencia sobre la salud de nuestro árbol genealógico, a fin de entender y diferenciar lo que es heredado de lo que forma parte de nuestra propia esencia.
Para vivir un buen presente, ¿es tan importante sanar las relaciones con nuestros antepasados?
A. J. (A. Jodorowsky ) Sí, pero hay que entender que no hablamos de antepasados abstractos. Tienes un padre y una madre, cuatro abuelos y ocho bisabuelos; y deberás ir uno por uno viendo quiénes eran, cómo se llamaban, a qué se dedicaban… Deberás descubrir qué muertes, qué abortos, qué relaciones fallidas, qué secretos, qué realizaciones hubo en tu familia, qué libros sagrados metieron los bisabuelos en la cabeza de las generaciones siguientes. Deberás ver qué instituciones sociales, incluso ahora, dirigen tu vida: cuál se apodera de ti desde que naces; quién se apodera de tu vida sexual, de tu muerte… siempre estás perteneciendo a algo.
M. C. (M. Costa) El árbol es un sistema de repeticiones donde se van reproduciendo divorcios, enfermedades, tipos de muerte, tipos de realización, tipos de fracaso… Eso te cae encima, te forma, te hace ser lo que el árbol quiere que tú seas. Ahí está el pasado tirándote hacia atrás, como la sociedad entera, que ha establecido algo y lucha por no cambiar. Y también está el futuro frente a ti, que te tira para que salgas de la repetición y llegues a lo nuevo, al desarrollo de la conciencia.
¿Cómo podemos activar la memoria histórica familiar?
(M. C.) El cerebro está formado por un hemisferio izquierdo –racional– y un hemisferio derecho –imaginativo–, comunicados entre sí por el cuerpo calloso. Por eso, a la hora de elaborar el propio árbol genealógico, recomendamos investigar, hasta donde se pueda, racionalmente: ir a registros, estudiar historia, hablar con testigos del tiempo de tus abuelos…
¿Y después?
(M. C.) Cuando hayas llegado al límite de la capacidad racional, empieza la búsqueda en tu inconsciente a través de herramientas como la escritura automática, yendo a tus recuerdos e imaginaciones, analizándolos como si fueran un poema. Luego junta ambos corpus de información para llegar a la verdad de tu árbol, que está en la unión entre los dos hemisferios.
Pero la imaginación, ¿no nos puede engañar?
(A. J.) En mi novela Donde mejor canta un pájaro (Siruela) hice todo el trabajo histórico de mi álbum y lo que no sabía lo imaginé. Lo que tú imaginas es tu verdad. Si piensas: “Yo creo que abusaron de mí cuando era niña”, tómalo por cierto, porque esa imaginación te está marcando. Tú analizas tu árbol y analizas tu grado de conciencia: lo que te dolió, lo que no te dolió y empiezas a trabajar con los personajes de tu familia.
¿Algún ejemplo, por favor?
Si piensas: “Mi padre tenía un peso, una carga”, quítasela y entonces podrás ver mentalmente “qué es lo que hubiera pasado si mi padre no hubiera tenido ese peso, o si no hubiera muerto en tal fecha sino con 100 años…”. Tú recreas en tu mente tu árbol y todo lo que le das a tu árbol te lo das; y todo lo que no le das, te lo quitas.
Como creador de la psicomagia, ¿recuerda algún acto psicomágico que le impactara y que ilustre el tema que nos ocupa?
(A. J.) Una curación instantánea que hice a un médico de bolonia, en una conferencia. Había unas 200 personas y él me dijo: “Yo no creo en la honestidad de la gente; siempre hay un interés detrás, ni tampoco amo el dinero”. Yo le contesté: “no amas el dinero porque en tu familia tienen una imagen falsa del dinero. A ti, que no confías en la gente, te voy a frotar con un billete el cuerpo”. Metí la mano en el bolsillo (siempre llevo dinero, como un acto mágico) y por azar saqué un billete de 500 euros, en realidad quería sacar uno de 50. Cogí el billete y se lo froté, se lo pasé hasta por el sexo, por el culo…
NEUROCIENCIa
¿Y funcionó?
Luego le dije: “¿Qué, cómo te sientes? Toma, te lo regalo”. Mi idea de psicomagia era regalarle uno de 50, pero partí de uno de 500. ¡Cómo me dolió!, pero no podía echarme atrás. Cuando él recibió aquello, se puso a llorar, le rompí la imagen que tenía de los demás y del dinero. Aquel hombre cambió profundamente; y yo gané porque para él aquel acto fue transformador.
¿Cuáles son las lecciones que ha aprendido de la vida?
(A. J.) Lo que doy, me lo doy; lo que no doy, me lo quito. Nada para mí que no sea para vosotros. Tu felicidad es mi felicidad. Hay que saltar del yo al tú, y del tú al nosotros, y del nosotros a la conciencia que sostiene el universo. Hay que despertar en nosotros al dios interior; despertar esa conciencia que está en nosotros, que es la vida. Debemos ser todos seres sagrados.
¿Este despertar de la conciencia podría estar relacionado con movimientos como el 15m?
(M. C.) Absolutamente. Las personas se están dando cuenta de que han sido mantenidas en unos niveles de conciencia para servir al sistema capitalista. A través del inconformismo social es como la gente está despertando, de la misma forma que a través del sufrimiento individual se llega al trabajo psicológico.
(A. J.) Tiene su peligro, pues si es una revolución y no una “re- evolución”, van a luchar por satisfacer necesidades primarias y entonces los políticos se aprovecharán. Lo que debe hacer este movimiento es, a mi modo de ver, ir hacia un desarrollo de conciencia. Hay que ayudarlos a pasar de la insatisfacción y la indignación a la colaboración y a la proposición de cosas más espirituales, descubrir que los problemas interiores son más importantes que los exteriores.
¿Cuáles son los fundamentos de una vida feliz?
(A. J.) Una vida feliz es la alegría de vivir. Yo lo he descubierto con la vejez, porque con esta edad un día u otro se muere uno. Cuando me despierto en la mañana, digo: “Qué maravilla, un día más en este universo increíble, en este cuerpo vivo; estoy feliz, ¡qué alegría de vivir!”.
(M. C.) ¡Todo es un regalo!
Fuente: cuerpomente.com