Lograr que el cuerpo se acostumbre al calor no ocurre de un día para el otro. La aclimatación física y mental se produce tras un período de 7 a 14 días de entrenamiento a elevadas temperaturas. La llamada adaptación al calor no es más que la habilidad del cuerpo para tolerar el estrés por temperatura alta y mejorar su respuesta. Esto produce varios beneficios: disminuye el calor que produce el cuerpo, el ritmo cardíaco, la temperatura interna y la pérdida de sal. A la vez, logra una mejor protección de los órganos; mejora el flujo de la sangre en la piel y la sudoración.
Durante los primeros cinco días, el cuerpo mejora las funciones cardiovasculares. A los ocho, ha ajustado su temperatura interna (un dato importante: descansar en el calor sin realizar actividad física no acelera ni colabora con este proceso).
La hidratación, sin embargo, sí permite tener un ritmo cardíaco más bajo durante el ejercicio, ya que pone a disposición del corazón más fluidos para bombear. De este modo, el cuerpo retiene más sodio y elimina menos en el sudor y la orina, lo que contribuye a mantener la concentración durante la carrera. Por ello, no tomar agua durante el ejercicio es un grave error. Lo mejor es tomar sorbos cada 10 minutos. Siempre es mejor beber agua poco a poco y en repetidas veces que hacerlo de golpe al término de la rutina. Aprender a hidratarse forma parte de la adaptación a correr con calor. Aclimatarse a las altas temperaturas ayuda a mitigar tanto el malestar como la intensidad de sus síntomas.
El paso a paso de la adaptación
- Neural (DÍAS 4/5): Inicio rápido de sudoración. El cuerpo suda a menores temperaturas y responde mejor al calor.
- Renal (DÍA 7): Mejora la respuesta de las hormonas, que ahorran agua y sodio.
- Cardiovascular (DÍAS 8/9): Se reduce la frecuencia cardíaca debido al aumento del volumen de sangre (por el aumento del volumen plasmático). La piel se enfría por la sudoración, disminuye el flujo sanguíneo capilar hacia ella y aumenta hacia la musculatura.
- Psíquica (DÍAS 12/14): Se tolera mejor la actividad, con relación a la percepción del nivel de esfuerzo y fatiga.
