Esto es lo que pasa cuando un fenómeno paranormal es muy normal
Las mujeres nos empeñamos en parecer seres mágicos, y es que determinadas características de nuestra fisiología retan a la razón. Sin ir más lejos, que el ciclo lunar y el ciclo menstrual coincidan es una casualidad cósmica: 28 días.
Para nosotras existe un fenómeno paranormal muy normal: la sincronización de los días de regla con compañeras de clase, del trabajo, con amigas.
El hecho de compartir espacio y tiempo con otras mujeres hace que nuestros cuerpos se hermanen, como si fuéramos brujas pero sin saberlo.
¿Existe alguna explicación? ¿Alguien ha tratado de averiguar por qué ocurre?
La primera en prestar atención a este asunto fue la doctora estadounidense Martha McClintock, de la Universidad de Chicago y fundadora del Institute for Mind and Biology.
En 1971, un artículo en la prestigiosa revista Nature le hizo saltar a la fama: en él hablaba, por primera vez, de sincronización menstrual. De cómo poco a poco los ciclos de las mujeres que convivien o pasan largas temporadas juntas tienden a converger y hasta a coincidir.
La curiosidad de McClintock despertó al conocer el caso de siete socorristas femeninas. Llegado el verano y tras 3 meses de trabajo juntas, todas empezaron a sangrar los mismos días.
Se trataba de una vivencia común en las familias, en los puestos de trabajo, en los burdeles. Pero sólo formaba del conocimiento popular
Entonces la psicóloga quiso indagar con más profundidad: se trataba de una vivencia común en las familias, en los puestos de trabajo, en los burdeles. Pero hasta ese momento sólo formaba del conocimiento popular.
McClintock centró su estudio en una residencia universitaria entre 135 estudiantes, y confirmó sus sospechas: los ciclos se sincronizaban durante los primeros tres meses. Después del cuarto, las chicas que compartían habitación menstruaban los mismos días.
McClintock tenía unos resultados contundentes, pero tardó 27 años en hallar la causa, el origen de este fenómeno inexplicable: las feromonas.
Digamos que nuestros cuerpos se comunican a través de la química, y que nuestro pésimo olfato de humanos hace que no nos demos cuenta.
Las feromonas son unas sustancias químicas estrechamente relacionadas con la sexualidad y la reproducción. En el caso de los humanos poco se sabe de ellas (por lo visto, son más esquivas que en otras especies animales). Lo que sí se sabe es que tienen efectos directos sobre los individuos que nos rodean.
La tesis de McClintock es que las feromonas presentes en la orina y el sudor de las axilas de unas mujeres inciden sobre la hormona leutinizante (LH) de otras, acortando o alargando el ciclo ovulatorio.
Nuestros cuerpos se comunican a través de la química, solo que nuestro pésimo olfato de humanos hace que no nos demos cuenta
Hacia 1998, parecía que McClintock había conseguido desvelar el misterio, pero una oleada de reacciones la estaba esperando.
Se le llamó Efecto McClintock o Regulación Social de la Ovulación, y en seguida decenas de científicos señalaron que el estudio pecaba de erroes metodológicos y estadísticos graves.
La investigación que llevó cabo la psicóloga se ha repetido numerosas veces. Algunos estudios apoyan la tesis de McClintock, afirman que es la sincronización menstrual se da en otras especies y que se debe a razones evolutivas. Los hay que incluso apuntan a la existencia de «mujeres alfa» cuyas feromonas influyen en el ciclo menstrual de las demás.
Sin embargo, muchas investigaciones realizadas no hallaron sincronización menstrual y la mayoría creen que se trata de casualidad.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia asegura que este proceso no está demostrado y que está en el marco de la leyenda urbana.
Para muchos, este hechizo femenino tiene que ver con las matemáticas: si la inmensa mayoría de las mujeres tienen la regla una vez al mes, y esta se ve influida por muchos factores, desde psicológicos (estrés) hasta físicos (horas de luz, temperatura), es más que probable que se solapen de vez en cuando.
Por decirlo de otro modo: si el ciclo varía de 24 a los 32 días, el resto es cosa de estadística.
Algunas voces están empezando admitir que podría estar relacionada con el hipotálamo
McClintock, por su parte, sigue insistiendo en que la sincronización menstrual es real. Y también es cierto que, tímidamente, algunas voces están empezando admitir que podría estar relacionada con el hipotálamo, la parte del cerebro encargada de regular, entre otras cosas, la regla.
Así lo sugirió la misma Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia en 2010.
De acuerdo, no podemos afirmar que lo que nos ocurre es pura magia; tampoco que se trate de un prodigio de la naturaleza.
Pero eso no nos impide lanzar una conclusión: que aún no haya explicaciones cientificas, no significa que no sea real.
Un fenómeno paranormal muy normal
Fuente: Play Ground