Contar con un animalito ayuda a reducir las innumerables horas que pasan los niños en los juegos de video.
El hecho de tener una mascota en casa, representa más que compañía para cuando hay niños, ya que al convivir, los menores adquieren mayor responsabilidad y por lo tanto, competencia social.
Tanto psicólogos, como entrenadores de perros, indican que las mascotas son los mejores aliados al momento de educar a los niños, es por eso que ven como una opción el que los padres adopten algún tipo de mascota.
Los niños muestran interés por los perros, debido a que son más curiosos que los adultos y ven en las mascotas un toque infantil que les permite interactuar más sin problemas, de acuerdo con Felipe González Canul, psicólogo en la entidad.
En Benito Juárez, el Centro de Atención Canina (CAC) estima que alrededor de 15 mil perros conviven con niños menores a los 10 años.
También te puede interesar: Reclusos en EE. UU salvan a perros condenados a muerte
“Con la convivencia diaria, les ayuda a los niños a que sean más responsables con todo lo que les rodea, pues una mascota no es sólo un compañero, necesita de cuidados higiénicos que deben ser delegados a los pequeños”, expuso González Canul.
En el caso de los niños con algún tipo de discapacidad, de igual manera los especialistas sugieren que tengan este tipo de contactos, pues les permite desarrollar habilidades.
En general, contar con una mascota en casa contribuye areducir la afición por los videojuegos y otras actividades que son realizadas por los menores en tiempo de ocio, o a las que son propensas de hacer con frecuencia desmedida por niños hiperactivos.
Algunas de las razas recomendadas para que convivan con niños son labrador, cocker spaniel, los caniches o los canes que cuidan del ganado, ya que tienden a proteger, aunque ahora la tendencia ya no es recomendar una raza específica u otra, sino que cualquiera de tamaño pequeño o medio es apropiada para un niño, siempre que esté bien educado.
La decisión más adecuada antes de adquirir una mascota es consultar con un veterinario y un psicólogo.
Fuente: Sipse
