Ciudad de México. El fotógrafo Antonio Turok dedicó su libro La fiesta y la rebelión (Ediciones Era) a los jóvenes ya que “vivimos en una época en que pareciera que todo está hecho para las redes sociales; no obstante, en ellas se pierde mucha información, mucha memoria”. Ataviado con su inseparable sombrero negro de a ala ancha, Turok, al presentar su libro en la 40 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, preguntó por el paradero de toda la información que los jóvenes del movimiento #YoSoy123 subieron a las redes.
Compartió su preocupación de que la juventud le encuentre el gusto por un libro impreso: “Que lo puedes ver, acariciar; te puedes dormir, al día siguiente regresas y allí estará. Lo puedes meter a tu biblioteca, volverlo abrir dentro de 50 años y allí están las fotos”.
Al referirse al volumen de un centenar de imágenes, que abarcan desde los años 70 del siglo pasado hasta 2017, Turok reiteró la pertinencia de hacer libros como el presente porque es “un reflejo de nuestra época que nos ha tocado vivir, aunque también es un recordatorio de que si no hacemos las imágenes y no aprendemos de la historia, estamos destinados a más desastres”.
Sobre su utilización del blanco y negro, aseguró que “te hace reflexionar sobre el color. Insisto, los que deben de usar el color son los pintores, como Tamayo y Picasso, quienes sí entienden lo que es combinar colores. Uno cuando toma una foto a color es un desorden. No sabes por dónde irse, si son importantes los miles de colores que pueden haber allí, entonces uno se distrae mucho. A la hora de hacerlo en blanco y negro la mente funciona de otra manera. La mente piensa que es tal vez algo incluso importante que lo sucede allí”.
El también fotógrafo Marco Antonio Cruz hizo votos para que haya más libros de fotografía de autores tan relevantes de México en beneficio de todos. “Somos de la generación de los años 50 del siglo pasado, de importancia dentro de la fotografía. Sin embargo, no somos una generación espontánea, sino somos heredera de una tradición de fotografía de altísima calidad y con un compromiso social muy profundo. Atrás de nuestra formación está la mirada de Manuel Alvarez Bravo, Tina Modotti, Nacho López, es una lista enorme.
“Somos afortunados porque, incluso, conocimos a estos monstruos de la fotografía. Hablamos directamente con ellos. Somos una generación del blanco y negro en que aprendimos a trabajar. Son contados en el mundo los fotógrafos que trabajan bien en color. Hace falta editar libros cuando el autor está vivo y no dejar un archivo que a lo mejor la interpretación no va a ser la correcta”.
Según el poeta David Huerta, autor de uno de los textos del libro, con la cobertura que Turok hizo en torno al levantamiento zapatista de 1994, “dio un golpe de timón a su trabajo artístico y periodístico. Su trabajo tiene un valor documental extraordinario, sin embargo para mi Turok es sobre todo un artista”.
El volumen también contiene textos de Blanche Petrich, María Cortina Icaza, Eduardo Vázquez Martín, Ana Emilia Felker, Juan Villoro, así como poemas de Coral Bracho.
Fuente: La Jornada