Un proyecto que pretende convertir las azoteas de las casas humildes en efectivos huertos urbanos.
Con botellas plásticas de 2 litros y agua de lluvia cultivarán lechugas y rábanos, dando la posibilidad a las familias de cultivar sus propios alimentos, construyendo un tejido social – familiar, aumentando la biomasa vegetal y la calidad del aire.
El proyecto basado en la tesis doctoral de Carolina Forero, de la Universidad Javeriana, se hizo para aliviar la solución de uno de los barrios de la cuarta comuna del municipio de Soacha, en Colombia. Esta comunidad no cuenta con agua potable, zonas de cultivo o sistema de alcantarillado. Se llevó a la practica en 2012 gracias a la ayuda de la fundación Catalina Muñoz.
Se formó a la población en el cultivo de lechugas y rábanos usando como jardineras botellas PET de 2 litros y agua de lluvia recolectada para el riego.
“Con una buena cosecha vendo una parte para hacer mercado y me quedo con el resto para mi familia y mis amigos” cuenta la empleada Nidia Vanegas, una de las 20 dueñas de un ‘Techo verde’.
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No solo son faciles de hacer sino que ademas bridan una mejor alimentación y oportunidad de negocios.
Se necesita:
- Una botella plástica de 2 litros.
- Tierra abonada con cascarilla de arroz.
- Una caneca de 20 litros.
- Tubos de media pulgada con llaves de paso.
- Techo con teja ondulada.
- Semillas de lechuga o rábanos.
Como fabricarlos:
- Hacer una abertura en la botella de 7 a 10 cm para cada semilla.
- Llenar la botella con tierra abonada.
- Perforar la parte inferior de las botellas para favorecer el drenaje.
- Poner las botellas en las ondulaciones del techo (si es de chapa).
- Colocar el tubo sobre la botella para el riego.
- Conectar los tubos a un balde (puede ser de 20 litros) que esté sobre su altura.
- Sembrar las semillas en la tierra y darle el riego adecuado regulando con canillas.
Esta alternativa fomenta el desarrollo local participativo, construye tejido social y familiar, promueve el uso potencial de aguas lluvias recicladas, aumenta la biomasa vegetal y la calidad del aire.
Fuente: Ecoinventos