Los últimos minutos de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República fueron amargos: su llegada a la sede de la Cámara de Diputados se vio marcada por abucheos y gritos de repudio.
Alrededor de 100 simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador que acudieron a la avenida de Congreso de la Unión lo recibieron con expresiones de rechazo que, en esta ocasión, ya sin el resguardo del Estado Mayor Presidencial para alejar manifestaciones, escuchó de viva voz.
Los lopezobradoristas se colocaron estratégicamente al otro lado de la Línea 4 del Metro que divide Congreso de la Unión, lugar en el que pudieron instalarse sin ningún tipo de impedimento y sin que se los prohibiera una valla de granaderos.
Minutos después y de forma espontánea, señoras y señores vieron acercarse un convoy de tres camionetas negras, similares a las que siempre usó el Estado Mayor Presidencial para el ex presidente.
“¡Fuera Peña, Fuera Peña, Fuera Peña!”, sonó en las escalinatas del recinto legislativo de San Lázaro mientras el mexiquense avanzaba hacia el Salón de Plenos para entregar la banda presidencial a López Obrador.
A estas primeras voces de repudio pronto se sumaron coros de “¡asesino, asesino!” que lo acompañaron en su brevísimo trayecto hacia el interior del recinto legislativo, a la par que fotógrafos le solicitaban voltear hacia su izquierda para captar el ánimo.
Pese a que el grupo de manifestantes perdió de vista a Peña Nieto una vez que entró al vestíbulo, continuaron expresando su repudio al mandatario saliente, a quien tildaron de “ratero” una y otra vez.
Otro grito que tampoco pudo escuchar fue el reclamo de “¡Juicio a Peña, juicio a Peña!”. Pero no importó: hicieron escuchar su voz ante los medios de comunicación y dejaron claro que rechazan la idea de una amnistía para políticos bajo sospecha de corrupción.
Para este grupo de personas, más importante que los reclamos contra el ex mandatario saliente, era esperar y apoyar al mandatario entrante.
Para ello utilizaron una de las consignas más conocidas por el político tabasqueño: “es un honor estar con Obrador”.
Y lo hicieron cuando llegó la comitiva del carro blanco presidencial: corearon varias veces su grito de batalla y el presidente entrante les devolvió la cortesía con las manos.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAs