Nueva York.- La introducción inmediata de un ingreso básico temporal destinado a las personas más pobres del mundo podría ayudar a frenar la propagación del Covid-19 al permitir que permanezcan en sus hogares, sugirió un reporte de la ONU publicado ayer.
La idea, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es que esos recursos permitan a la población de los países en vías de desarrollo cumplir cuarentenas y medidas de distanciamiento social necesarias para contener una pandemia que no deja de avanzar.
En un informe, la agencia de la ONU calcula que costaría alrededor de unos 199 mil millones de dólares facilitar ese ingreso básico durante seis meses a más de 2 mil 700 millones de personas que viven por debajo o apenas por encima del umbral de pobreza en 132 países.
El PNUD determina que esa medida es viable y urgentemente necesaria, ya que la pandemia está avanzando actualmente a un ritmo que supera los 1.5 millones de nuevos casos por semana, especialmente en los países en desarrollo, donde 7 de cada 10 trabajadores generan su sustento a través de mercados informales y no pueden obtener ingresos si permanecen en sus hogares.
Pese a que muchos países han decidido implementar ayudas a sus ciudadanos y/o ampliar sus sistemas de protección social, muchas personas en situación más vulnerable no gozan de la cobertura de esos programas, pues son, por ejemplo, trabajadores informales, no remunerados o migrantes en situación irregular.
«Los tiempos sin precedentes requieren medidas sociales y económicas sin precedentes. Introducir un ingreso básico temporal para las personas más pobres del mundo ha surgido como una opción. Esto podría haber parecido imposible hace solo unos meses», señaló el administrador de esta agencia, Achim Steiner.
«(Esta ayuda podría) dar a las personas en confinamiento un sustento financiero, volver a inyectar efectivo en las economías locales para ayudar a mantener los pequeños negocios a flote, y desacelerar el devastador avance del Covid-19″.
El PNUD defiende que la propuesta es asumible para los Estados y para ello ofrece distintas fórmulas en cuanto a la cuantía, la duración de las ayudas -tres, seis o nueve meses- y cómo se podrían pagar.
El coste varía en función de las opciones que se elijan, entre 0.27 y 0.63 por ciento de su PIB combinado, según el estudio.
Sobre las formas de costear esa cantidad, el PNUD destaca la posibilidad de que los países usen los fondos que este año tendrían que destinar al pago de deuda.
También propone la reutilización de los subsidios a los combustibles o los gastos militares, al tiempo que admite que hay dificultades administrativas y políticas que deberían superarse para poder hacer realidad este proyecto.
FUENTE: Sipse