El volcán Kilauea ha hecho erupción junto con 14 grietas volcánicas que debido a los componentes que expulsan pudieran ser riesgosos para la salud humana.
El volcán Kilauea con esta erupción ha sorprendido a todos los pobladores de Hawaii, dejándolos sin hogar mientras son testigo de cómo la lava desaparece sus casas y coches, además de no tener claro cuándo es que podrán regresar a sus hogares y a su vida normal.
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El problema que tienen los pobladores de esta zona es que en el paso de los días se desarrollarán más grietas y erupciones que generarán muchas amenazas como el esmog volcánico y la lluvia ácida.
Pero, ¿Qué es el esmog volcánico?
Según información de “US Geological Survey” es cuando se crea el dióxido de azufre y otros gases volcánicos y metales tóxicos como el selenio, el mercurio, el arsénico y el iridio que son expedidos por la lava del volcán y se combinan químicamente en la atmósfera con el oxígeno. Esta interacción con la humedad, el polvo y la luz solar crea una neblina visible que podría tener consecuencias en la salud.
Tener esa exposición con esta neblina que se genera a partir del volcán, podría tener consecuencias en la respiración, ya que se inflamaría las vías respiratorias, se presentaría una irritación en los ojos por la formación del ácido sulfuroso sobre las mucosas húmedas y en casos más extremos, podría haber alteraciones psíquicas, edema pulmonar e incluso paros cardiaco.
Otro problema que se puede presentar en este caso son las predicciones de luz, ya que al cumplirse, Hawaii podría estar presente en el fenómeno que se conoce como lluvia ácida, que es una manera de precipitación que contiene concentraciones muy altas de ácido sulfúrico y nítrico.
Esta combinación tiene los efectos corrosivos del ácido diluido de la batería, y esto afecta tanto a la vegetación que está expuesta como a cualquier objeto metálico que toca como los carros, e incluso infraestructuras de los edificios. Pero esta cuestión no es todo, esta lluvia ácida también afecta a los mantos acuíferos como lagos, ríos, arroyos y pantanos, incrementando la toxicidad del agua para los animales llegando a lo que consume el humano y la misma situación se ven afectados los cultivos. La lluvia ácida permite que se absorban metales que son dañinos que se filtran a las tierras que se han cultivado.
Fuente: La Verdad