Recortes presupuestales y una pesada deuda son algunos de los retos que tendrá el nuevo director de la empresa estatal, señalan expertos.
El nuevo director de Pemex, José Antonio González Anaya, tendrá grandes retos en su gestión.
El funcionario, por ejemplo, enfrentará el próximo anuncio de un recorte presupuestario en la petrolera, que se sumará al escenario de impagos y retrasos a sus proveedores, el desplome en los precios del petróleo, además de un problema de endeudamiento que ya preocupa a las calificadoras.
El presidente Enrique Peña Nieto anunció este lunes la salida del director general de Pemex, Emilio Lozoya, y la llegada de González Anaya, quien fuera director general del Instituto Mexicano del seguro Social (IMSS).
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“El doctor González Anaya sería convocado a Pemex con dos retos: mejorar la situación financiera y la operativa de Pemex, que al 2015 se estima que estará reportando 146 mil millones de pesos de pérdidas (en su balance financiero). Es un reto fuerte, pero precisamente en su experiencia al frente del IMSS y cuando fue subsecretario de Ingresos en Hacienda mostró su capacidad para generar ahorros y como economista hay que decir que tiene mucha capacidad y talento en implementar medidas que ayuden a generar ahorros”, opinó Arturo Carranza, socio consultor de Solana Consultores.
Por su parte, Luis Miguel Labardini, socio director de la consultora Marcos y Asociados, reconoció que el nuevo director tendrá que resolver los problemas estructurales de Pemex, relacionados con la caída en la inversión en exploración y producción, aunados a su pesada carga laboral.
“Me parece que enfrentará un escenario complicado. Un gran reto para Pemex que tendrá que enfrentar es el problema estructural que tiene la empresa, y tendrá que tomar medidas para revertirlo. Pemex tiene un capital contable negativo de alrededor de 70 millones de dólares, y hay estimaciones de que registrará en 2015 pérdidas récord, además de que no puede darse el lujo de dejar de invertir”, dijo.
Labardini consideró que las áreas en las que Pemex necesita hacer ajustes son en su personal y en el manejo de la deuda.
“Pemex tiene la necesidad de reestructurar su organización para hacerla más esbelta, es necesario reducir a los 150 mil trabajadores que tiene, porque podría trabajar con una plantilla laboral significativamente menor que esa; el otro problema es el costo de las pensiones que es muy alto, Pemex tiene cerca de 100 mil trabajadores jubilados; y el otro problema es su deuda”, dijo Labardini.
Lozoya ocupó el cargo desde el inicio de la actual administración en diciembre de 2012.
El directivo, quien formó parte del equipo de campaña de Peña Nieto, ha tenido que enfrentar una de las etapas más difíciles de la petrolera, agobiada por un pesado régimen fiscal y golpeada por el desplome de los precios del crudo y recortes presupuestales.
“Hay que también poner en dimensión la gestión de Emilio Lozoya, que logró sacar adelante a una institución verdaderamente compleja, le tocó negociar la reestructuración de los pasivos de Pemex, el último acuerdo de la fuerza laboral del cambio de pensiones fue su labor y eso le permitirá a la nueva administración enfrentar los retos a futuro con una mejor organización”, opinó Arturo Carranza.
En promedio en el primer mes de este año el precio de la mezcla mexicana de exportación fue de 23 dólares por barril, 54 por ciento por debajo frente a la referencia contemplada en el Presupuesto de Ingresos de 2016.
Pemex aporta 29 por ciento de los ingresos del Gobierno.
Fuente: El financiero