Roberto Shimizu Kinoshita, director creativo del Museo del Juguete Antiguo Mexicano (Mujam), comentó que a partir de la apertura de la industria extranjera muchas marcas que fabricaban juguetes terminaron haciendo productos para el hogar. “Fue muy duro, se perdió esa identidad mexicana”.
También se debió a la globalización, porque ahora todo es digital, los niños no conocen los juguetes antiguos, “hicimos un ejercicio, les mostramos un balero a varios menores y no sabían ni cómo agarrarlo, nos dimos cuenta que éste ha perdido mucha fuerza en los últimos años”.
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En entrevista para Grupo Imagen Multimedia comentó que en el museo tratan de mostrar los objetos de la “época de oro del juguete mexicano, nos encanta compartir con la gente, que vengan las familias con miembros de varias generaciones, es increíble porque brotan los recuerdos de su infancia”.
Relató que el museo apenas va a cumplir ocho años, su padre inició una colección de juguetes y tras recuperarse de una enfermedad decidió mostrar su compilación porque no quería que ésta terminará en un garaje o en un basurero, por lo que “comenzó a exhibir algunas piezas en el negocio de mis abuelos, una tienda de productos japoneses”.
La colección está formada por 55 mil piezas que están acomodadas por temática, cuenta con siete salas en donde se pueden encontrar “papeles personales de El Santo, caricaturas originales de Cantinflas, barbies y muchos juguetes que marcaron la historia de México”.
Shimizu Kinoshita destacó que las piezas equivalen a casi seis por ciento de la colección total que posee su padre, “las demás están guardadas en bodegas, en casa de mis padres, y vamos rotando las piezas. Hemos buscado apoyo para compartir la mayor parte de la colección, porque es muy difícil la manutención”.
El Mujam cuenta con una tienda en la que se venden piezas originales de la colección, son piezas repetidas. En esta época de Día de Reyes, “la mayor parte de los productos están a mitad de precio, las entradas al dos por uno, el 4 de enero se realizará la primera pinta del año y los “pequeños pueden subir a la azotea a mandar su carta”, finalizó.
(FUENTE: EXCELSIOR)