La mayoría de quienes los cultivan habitan comunidades indígenas.
La producción orgánica tiene toda una cadena de beneficios, enfatizó Taurino Reyes Santiago, director ejecutivo de Certimex, colocando en primer lugar el medio ambiente, ya que con la ausencia de químicos no se saliniza el suelo, no hay deforestación lo que hace que mantengan sus propiedades.
“El 95% de los personas que tenemos certificados son grupos de entre 10 a 15 personas, de éstos, 75% son indígenas, lo que evidencia que esta parte de la población olvidada está viendo beneficios en su salud y su economía”, comentó.
Productos orgánicos
En este campo existe una enorme contradicción, enfatizó, ya que 85% de los productos certificados orgánicos de México son exportados a Estados Unidos, “mientras que nosotros somos el principal comprador de alimentos procesados de ese país, aumentando así la incidencia de obesidad”.
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“En Quintana Roo actualmente existen 10 grupos familiares que están en procesos de conversión a orgánico con productos como frutas, hortalizas, té de ramón y té de bejuco, pero el tiempo para desintoxicar la tierra y volverse a este método es de tres años”, dijo.
Semillas transgénicas
Para Mulet los pequeños y medianos productores son quienes se ven beneficios al obtener las semillas transgénicas, ya que sus cultivos son más eficientes al estar libre de plagas y aguantar la sequía. “Si lo vemos desde el punto de vista de la salud, estos alimentos están fortificados y se potencializan sus propiedades, además de adaptarse a las necesidades de personas con ciertos padecimientos”.