Ese resultado representa un aumento de entre 27 y hasta 38 escaños para los tres principales partidos opositores.
Para mantener la «mayoría absoluta», que es la mitad más un voto de la Cámara de Diputados, se necesitan 251 de las 500 curules; pero para lograr la «mayoría calificada» que requieren las reformas constitucionales que impulsa el presidente Andrés Manuel
López Obrador la legislación mexicana establece que son necesarias dos terceras partes, es decir 360 bancas.
En cuanto a los dos pequeños partidos aliados del oficialismo, el Partido Verde Ecologista logra entre 5,5 y 6,0%, para 40 a 48 diputaciones; y el Partido del Trabajo (PT, izquierda) de 3,1 a 3,5%, es decir, entre 35 y 41 asientos.
Con esos resultados la coalición gobernante alcanza un rango de 43,5 y 45,3% de los sufragios de la elección legislativa, suficiente para una mayoría simple, pero muy lejos de la mayoría calificada de dos tercios del pleno.
En suma, la coalición opositora alcanza entre el 39,8 y 41,7%, con un crecimiento de los partidos que la integran.
Los tres principales partidos opositores obtendrían el siguiente resultado: el Partido Acción Nacional (PAN, centroderecha) entre 18,5 y 19,3%, que le darían entre 106 y 117 diputados; el Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro) entre 17,8 y 18,5%, con un rango de entre 63 y 75 diputaciones; y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) entre 3,5 y 3,9% para 12 a 21 asientos de la Cámara Baja del Congreso bicameral que también integra el Senado que estuvo en juego este 6 de junio.
El PAN aumenta de esa forma entre 27 y hasta 38 asientos en la Cámara Baja, y el PRI también habría obtenido entre 14 y 26 asientos más, y el PRD crecería de uno a diez representantes.