CANCÚN, Q. ROO.- Preocupado por la insuficiencia de equipo médico para enfrentar los estragos del coronavirus en hospitales de Quintana Roo, hace diez días el cirujano Ariel Lozano tramó desde su estudio una contraofensiva al Covid-19 mediante la fabricación de un respirador de emergencia.
A través de búsqueda en Google y consulta en libros especializados, echó a volar sus conocimientos y destreza manual hasta lograr la construcción de un aparato que da vida a un ser humano y que lo podría hacer volver del abismo oscuro al mundo de luces: a simple vista, el mecanismo parece sencillo pero en el fondo se trata de un complicado y delicado sistema capaz de suplir pulmones humanos.
Nada fácil en medio de una contingencia sanitaria mundial donde todos los países afectados están sufriendo por la falta de respiradores y la aportación de un médico en estas condiciones tiene los mismos efectos que lanzar un grito en el extenso desierto.
Ariel Lozano es un médico cirujano cancunense egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León, actualmente labora en el IMSS y hasta hace dos días había tirado la toalla por la decepcionante respuesta de algunos sectores a los que había pedido ayuda y la frustración no es fácil de digerir.
Pero gracias al apoyo de su esposa que comenzó a difundir el proyecto a través de las redes sociales, ambos comenzaron a encontrar respuestas que para ellos fueron como bocanadas de oxígeno puro: primero los buscó el gobernador Carlos Joaquín González y más tarde la fundación del futbolista Rafael Márquez.
El respirador de emergencia diseñado y coordinado por Ariel Lozano, quien está por poner muy en alto el nombre de Cancún, aún está en fase “Beta”, falta afinar muchísimo la presión en pulmones artificiales, mejorar las piezas y supervisar detalles, pero el prototipo que tiene es capaz de trabajar más de 24 horas sin detenerse y sin que detone algún problema de sincronía o desgaste.
Han sido muchas horas de trabajo en el taller, también de buscar personas especializadas en cada proceso, desde el herrero, acudir a la ferretería (muchas cerradas) y levantar la sinergia de muchos que se han sumado con sus talentos desaprovechados.
Aunque parezca contradicción, pero la mayoría de quienes han fabricado este aparato son personas que se quedaron sin trabajo a causa de la emergencia sanitaria por el Covid-19. Y todo ha sido elaborado con la sincronía del bisturí fino del doctor Ariel Lozano, desde las líneas de código para ordenarle al rotor dónde detenerse o avanzar, sincronizar la frecuencia, hasta el tipo de soldadura o materiales que se requieren.
Una vez que encuentren bien los apoyos del gobierno del estado, de las fundaciones y de las personas que se quieran sumar al proyecto, se estima producir 250 respiradores de emergencia en diez días, los cuales serían donados a las instituciones públicas.
–¿Ese es mucho tiempo, doctor?–, se le pregunta.
–Podría ser menos también aunque prefiero verlo con fechas fatalistas–, responde.
Actualmente, el respirador de emergencia está bajo la supervisión de un equipo de neumólogos especializados quienes están dando sus opiniones, pruebas y verificación del funcionamiento del sistema del equipo.
“Hay que tener claro que este respirador es para emergencias y que podría salvar miles de vidas de personas. Está hecho para volver a la vida a miles de ellas y para hacerle frente a una pandemia que si crece o aumenta en México podría ser catastrófica”, señala.
Este respirador orgullosamente hecho en Cancún, con materiales de la región y hombres y mujeres de esta tierra, podría ser la solución real a la falta de equipo médico en las clínicas de salud pública.
El cirujano Ariel Lozano no quería dar esta entrevista porque no le gustan los reflectores, menos hacer un video. La conveniencia finalmente llegó por su esposa, una extraordinaria pintora del mar cancunense que ha sido su mejor promotora.
FUENTE: Luces Del Siglo