El presidente electo Andrés Manuel López Obrador estuvo el día de ayer en Cancún, ante más de 5 mil personas congregadas en el conocido “Parque de las Palapas” de esa ciudad, enfatizó la importancia del tren maya, anunció inversión millonaria para Quintana Roo, sorprendentemente afirmó que los regidores de MORENA se bajen el sueldo y no tengan el “sobre amarillo”, herramienta con que la burocracia mexicana se aumenta el sueldo sin informar a nadie.
Más allá del conocido proyecto del tren maya, anunciado desde su campaña electoral y de la inversión de 667 millones pesos para zonas populares de Cancún, cabe resaltar la instrucción dada para que los regidores se bajen los sueldos como compromiso como funcionarios de su partido, inclusive no exista el sobre amarillo. Este es un mecanismo de simulación y corrupción de la burocracia mexicana desde hace décadas, que se hizo más útil a partir de las leyes y reglamentaciones de Acceso a la información.
El sobre amarillo es el nombre coloquial para una compensación económica al sueldo de los funcionarios públicos de nivel medio y alto. Dado que se considera una compensación, nunca aparece en las fuentes de acceso a la información pública como marca la ley, la cantidad es decidida de manera arbitraria por quienes estén a la cabeza de la oficina de gobierno en cuestión, incluye a los tres poderes, en muchas ocasiones duplica el ingreso regular. Es una de las formas más simples de corrupción, también es una herramienta de coacción, complicidad y manipulación.
Con la siguiente declaración el presidente electo reconoció tácitamente este instrumento de abuso de poder constante:
“Va pa’bajo el sueldo… y transparente, nada de que aquí cobro esta cantidad, pero debajo de la mesa ahí te va el sobre amarillo; no, nada, se acabó la corrupción, y si dicen que no le alcanza, pa’qué se meten”, afirmó Andrés Manuel.